jueves, 3 de julio de 2014

BAJO LA MISMA ESTRELLA ***1/2

Amor enfermizo


Podría haber muchas aproximaciones a una historia de amor entre una chica con cáncer que lleva toda la vida en estado terminal y un chico con la misma enfermedad pero en remisión. Aquí tenemos la más adolescente, la más “cheesy”, empalagosa y comercial. Eso no tiene que ser necesariamente malo, únicamente hay que saber verlo como lo que es, y eso es una cinta de romance creada para adolescentes de entre 12 y 17 años o gente que disfrute llorando como una magdalena. El libro lo era, la cinta lo sabe llevar perfectamente a la pantalla. 

En Bajo la misma estrella (The fault in our stars, 2014), conocemos a Hazel Grace, una joven que lleva prácticamente toda la vida como enferma terminal de cáncer. Su madre le obliga a salir de su cascarón de libros y cinismo y conoce en el grupo de apoyo a Gus, el chico popular al que el cáncer le truncó su carrera como jugador de baloncesto; juntos van forjando una amistad que se desarrolla en una historia de amor cocida a fuego lento y con la tragedia como telón de fondo.

El libro tenía un arranque poderoso lleno de un humor cargado de cinismo e ironía y cuando llegaba la historia de amor todo se volvía ligeramente convencional y adolescente antes de un final poderoso que me hizo girar la páginas de casi medio libro en una noche entera. La novela era un best-seller comercial para adolescentes que no tenía gran calidad, y sí conteníacada elemento para hacerte llorar y se esforzaba en ello, pero funcionaba y resultaba agradable de leer. Como un inspirado capítulo de Anatomía de Grey.

La cinta es lo mismo, podía tener más nervio, más humor y más cinismo hacia la vida real y menos momentos lacrimógenos, pero entonces sería otra película diferente y ésta es la que hay y no la que queremos que sea. Y seamos sinceros esta es la película que su target específico quiere ver y no la que un crítico académico desearía. Así que hay que saber verla en su contexto, en su entorno y apreciarla y quererla por ello. Es un filme adolescente que nunca pretende disfrazarse de otra cosa.

Como actriz principal y alma máter tenemos a Shailene Woodley, la actriz que nos conquistó en Los descendientes y que lleva aspiraciones de ser la nueva Jennifer Lawrence en un año con dos importantes éxitos (ésta junto a divergente) y que sabe inflar de vida a Hazel Grace, sabe dar a cada frase la credibilidad necesaria y consigue llevar todo el peso de la película perfectamente. 

Su pareja en la ficción, Gus, está interpretada por Ansel Elgort que muestra ciertas carencias interpretativas. Seguramente su aire de chico bueno con aspecto chulesco fulmine a las adolescentes pero me costó muchísimo entender y respetar su interpretación y falta de carisma, sobre todo en la primera parte de la cinta. 

Como secundarios tenemos también a Nat Wolff como Isaac, un personaje que en el libro me pareció ligeramente desdibujado y que el actor no consigue dar con él. En muchas escenas me parecía que se estaba como riendo, e incluso en sus momentos lacrimógenos no sabía dar con el tono y la convicción. Ambos actores me irritaron en bastante momentos y me hacen rebajar la nota final de la película.

La que sí que lo borda es Laura Dern que consigue construir un personaje que en el libro está casi de adorno y que ofrece una construcción admirable. Laura Dern está perfecta en cada una de sus frases y momentos sabiendo dar completamente en el clavo en todo momento. Ella y Shailene Woodley son el alma, la magia y la simplicidad de la cinta.

Willem Dafoe como el escritor Van Houten también demuestra que sabe lo que quiere y que lleva años haciendo esto. Hace lo que puede en su escaso tiempo en pantalla, pero lo hace francamente bien.

Todo ello está adornado con una dirección muy adecuada, ideas y grafismos modernos y una dirección artística y fotografía luminosa y en muchos momentos cargada de magia y que te hace sonreír como un idiota pensando que eso es bonito y tierno, gracias a una selección de canciones de pop muy avanillado y una bada sonora que sabe subrayar cada emoción y transportarte (y manipularte) a través de los sentimientos.

En comparación con el libro, han sabido hacer un gran guión y descartar las cosas que realmente aportaban bastante poco a la narración (la amiga de Hazel, la ex de Gus, todo lo relacionado a videojuegos o el libro de guerra que él lee) en pro de las buenas ideas del mismo (la granada, el miedo a morir por no herir a los que te quieren). Ambos se defienden bien como best seller juvenil y como película adolescente, saben moverse bien en sus aguas y mostrar argumentos sólidos para gustar a su público objetivo.

En resumen, Bajo la misma estrella es una cinta adolescente con todo lo que ello conlleva, pero es una bien hecha con rasgos de talento y buenas ideas que, aunque sea una lástima que no estén más y mejor desarrolladas, siempre son un placer encontrar en las cintas. Bajo la misma estrella es dulce, tierna, fresca, llena de calidez y luminosidad sobre un tema que podría haber sido un desastre. Es cierto que es manipuladora en las emociones pero sabe tocar las teclas del piano correctamente para que la melodía funcione. 

Valoración: 7/10

Lo mejor: Las actrices

Lo peor: Los actores

martes, 1 de julio de 2014

Talento de talent - NATALIA

El fruto de un trabajo constante






Muchas veces englobamos a todos en el mismo saco y les ponemos etiquetas de productos prefabricados o gente que se cree que por una cara bonita y una voz resultona van a comerse el mercado sin importar el esfuerzo que tienen que dar detrás y la lucha constante a base de trabajo que hay que dar.

Creo que sin haber tenido (aún) el placer de conocer a Natalia ella es el opuesto que se puede mal interpretar si no te acercas bien y te quedas en la superficie. Porque no hay que engañar a nadie, Natalia es una mujer muy guapa que no duda ni ha dudado en vender este talento en pro de su estética y estilo musical y es una lástima que por haber venido de un talent show y por ser explosiva y querer verse así en sus trabajos se le hayan desmerecido tantos años de lucha, trabajo y amor a su profesión.

Natalia es “la benjamina” de aquel primer operación triunfo que nos enamoro a todos, voz dulce, “aniñada” y un primer trabajo discográfico (prefabricado como absolutamente todos los de aquella generación) que le encaminaba a ser la Britney Spears española. Siempre será recordada por ser la primera con disco de la hornada, por casi matarse con el cinturón en la presentación de su single y con sorprender a todos al marcarse como compositora de un temazo presentación en su segundo álbum, el que podía hundirla o mantenerla: Besa mi piel.

Mientras muchos de sus compañeros caían como moscas con el paso de las ediciones, años y trabajos posteriores, ella se mantenía firme a su estilo y con vale music a su lado volvió a hacerlo a la tercera y asentándose en el mercado musical más que bien, “Besa mi piel” no fue un espejismo y con “Sombras” y “Que no puede ser” mostró cartas para estar y quedarse.

Tras ello se marco su disco más arriesgado, más R&B y más americano y maduro. El público no lo supo entender, tras una etapa presentando Megatrix se quedo en tierra de nadie. Música adulta e imagen de artista para niños no casaron, su disco pinchó, la promoción paró de golpe por parte de vale music y nadie supo qué hacer con hit como “Loco por mi” y un disco acertado como “Nada es lo que crees”.

A partir de ahí llegó la cuesta abajo: la canción antipiojos, la nula promoción y el disco con el que finiquitó contrato con vale music en un estilo pop/rock quiero ser Avril Lavigne cuando ya no se lleva, en el que nunca se vio cómoda y que era un verdadero desastre del que ni ella estaba convencida.

Tras ello empezó su lucha, su trabajo y su ánimo por hacer las cosas que quiere. Single a single , canción a canción ha ido testando estilo discotequero (Go, Rythm is a dancer) que defender en bolos en salas de fiesta hasta que por fin ha dado con la clave veraniega con Libérate, Indómita, Nunca digas no y ahora Dame. Y mientras tanto se ha dejado querer por sus fans y regalado una balada de corte muy americano “Tú”. 

Pero si hay algo que admiro de ella es su constancia, observando a Natalia desde la barrera no puedes dejar de ver a alguien que se involucra por completo en sus singles, no teme recorrerse cualquier esquina del país por promoción y sigue cercana a las redes sociales, twitcams y conversaciones con sus seguidores. No cesa en actos benéficos (su single tú era de ayuda conga el cáncer).

Su último single, Dame, es una colaboración con Sergio Contreras (sabe Dios) en el que mantiene su frescura, su imagen y por increíble que parezca y a pesar de sus años se mantiene en su estilo incorporando sonidos actuales y sabe no parecer caducada sin necesidad de reinvenciones extrañas. Y seamos sinceros para ser ella quién se lo guisa y se lo come, la que “se lo curra” hay que reconocer el talento, nada de “Dame” suena a barato o low cost, la producción es excelente, el videoclip es divertido y se nota que ha mimado durante horas su canción.

¿Llegará algún día a sacar un álbum físico con más de diez canciones? Al paso que va será un recopilatorio de números 1, sé que single a single la espera se hace pesada, que siempre se quiere más de los cantantes, pero aunque no me crea lo que voy a decir, no hay necesidad de ello. Prefiero un par de canciones cuidadas, trabajadas y con talento como “Dame” que un disco con 3 singles y ocho rellenos. Ahora los cantantes no viven de vender discos sino de publicar música con la que poder girar por conciertos y Natalia está formándose su imagen tras su pasado en vale music y lo está haciendo con calma, con trabajo y sobre todo con entrega y talento. 


Si volviésemos en el tiempo nadie nos diría que Natalia se mantendría a pesar de su imagen pija y niña acomodada. Pura fachada. Natalia es lo que es y sigue donde sigue porque no ha parado y cuando dejaron de poner las habichuelas en la mesa salió a por ellas. Así que, enhorabuena por ofrecernos Dame y por saber seguir haciendo las cosas (tan) bien.