Han matado al formato Rey
Todo iba a cambiar. Eso es lo que decían.
Pero nadie dice que los cambios vayan a ser para mejor.
Eso no nos lo dijo nadie.
Porque
está edición 2011 de Operación Triunfo (he perdido la cuenta del número de edición qué es)
aspira a convertirse en el mayor desaguisado de los programas de búsqueda de talentos de este país. Y tiene tela, porque hemos tenido preselecciones eurovisivas de vergüenza ajena, una segunda edición de Factor X o aquel experimento de Televisión Española con inmigrantes o artistas de musicales.
Vamos que el listón está muy bajo por debajo.
Pero anoche telecinco ha presentado muy seriamente su candidatura para competir con esos productos, con
un Operación Triunfo tan friky y sin sentido, que lo único que puedo hacer es echarme a reír. Lástima por los triunfitos que sí que viven de la música y son artistas como Beth, Vega, Manu Tenorio, Chenoa, Bustamante, Nuria Fergó, Gisela, Naim Thomas, Manu Carrasco, Natalia, Nena Daconte… es una pena porque luego les meten en el saco de estos aspirantes a famosos con voz agradable y que venderían su alma al diablo por ser portada de Superpop o Loka.
Pero dejemos el casting para otro capítulo aparte. No me quiero cebar con los pobres chicos que son lo que son, sino con el espíritu en general de Operación Triunfo.
Una gala musical tiene que ser como mínimo entretenida. Es lo que se pide que la música acompañe y que todo sea un poco una “fiesta”. Lo de ayer era tremendo:
una gala larguísima y pesadísima con una gran cantidad de momentos muertos y gente sin saber hacia dónde ir o qué hacer. Le costaba muchísimo encontrar el ritmo y la tensión y para colmo cuando parecía que iba a pasar algo se iban a publicidad.
Ese truco de “lo sabremos después de la publicidad” puede funcionar si sucede algo verdaderamente intrigante. Por ejemplo, ver lo que Risto le decía a Elías era digno de un momento así. Ver lo que le van a decir a un concursante que no conocemos por ese jurado no es tan interesante como para aguantar la publicidad.
Más bien es desesperante de aburrimiento.
Hablando del jurado. ¿Pero eso qué es?
Tenemos a Noemi Galera a la que odio de manera radical por su comportamiento hacia Idaira allá por OT4 (ni perdono ni olvido). Luego está Eva, jueza reciclada de Factor X que va a hacer las labores de Risto aunque seguramente con mayor tino.
Los que son de juzgado de guardia son los integrantes masculinos de este jurado. Por un lado
Rafa Sánzhez, el de La Unión, que viene a sustituir el desplante final de Serafín Zuribi. Esta clase de cantantes de un solo éxito que se venden al programa por seguir chupando del frasco me dan una pereza. Y me dan pereza porque Éste, Ramoncín, Marta Sánchez y demás caspota patria puso a parir la primera edición del programa porque les comió todo el pescado ese año (con la revolución de ventas que supuso) y
ahora se intentan subir al carro a marchas forzadas. Sus valoraciones no tenían ningún sentido. Una perla
“Ser cantante que le gusta a las madres no está mal, está bien tener un público por eso estás nominado”
No tiene sentido.
Pero es que luego llega el abuelo cebolleta y lo arregla.
Tenemos al presentador del Conciertazo.
¡La élite de la programación española!
Que retransmitió la primera edición de Eurovision Junior tan bien retransmitida que al año siguiente le sustituyó ¡¡un Luni!! 100% verídico.
Uno de esos casos en los que el ERE de Tve hizo bien su trabajo.
Toda esta panda de jetas y viejos aburridos (Uribarri va por ti también) deberían irse a Benidorm y dejar la tele para la sangre fresca.
Si no es imposible.
Es vergonzoso que con la cantidad de obras que hay por el país para que se entretenga este elemento tenga que recaer en Operación Triunfo. Ayer fue pesado, cargante en sus valoraciones, aburrido, plomizo, abuelo consejero y en su valoración final un payaso creyéndose gracioso. El hacer como que lloraba no tiene ningún sentido y propongo un abucheo cada vez que abra la boca. Risto era un pelele, pero tenía gracia. Éste no tiene ninguna y no se sabe muy bien dónde quiere llegar.
Pero las grandes novedades son dos: El casting y la presentadora.
Respecto al casting, tiene delito que el mismo jurado que los había elegido entre miles y miles de aspirantes llegue a la gala diciendo que “tiene dudas” pues esamos apañados. Para eso me gusta más el formato X Factor. El juez elige a sus finalistas en los castings finales y los defiende a muerte, así se cuida al artista y no suceden cosas como la de anoche. Más de la mitad de los concursantes estaban en duda por los mismos que dijeron que tenían algo especial.
Es difícil convencer a alguien de un cantante si ni siquiera los que te lo venden están convencidos de él…
Y
si el año pasado Operación Triunfo parecía un casting de High School Musical con todos tan guapos y tan guays, este año es el casting de Glee, todos con alguna “diferencia” que los hace especiales. Vamos que todos son dignos de llevare un granizado en toda la cara. Estoy seguro al 99% que es lo que pretendían este año, puesto que Glee en España no ha calado han querido hacer su grupo de marginados con dotes para el canto y el baile.
Tenemos una ciega, un Kurt Kummel 2.0, un Heavy de garrafón, un rechoncho amante de Maddona… No me quiero cebar con ellos porque son los que menos culpa tienen de semejante desaguisado. Solamente me sorprendió Roxio y una chica que cantó “Me and Bobby McGee que se llamará a partir de ahora “ingenieracomesuelos” porque se zampó semejante hostia que se rompió las medias. Aunque ella se levantó como si nada y nadie hizo mención al mejor momento de toda la gala.
Lo de repescar a Geno… Pues ya sabíamos que entró en OT por enchufe con Nina, que la eligieron para coro de Eurovision a pesar de haber salido la primera (y encima se confundió en Estonia con ¡2! pasos de baile que recordar) y ahora va diciendo que no tuvo oportunidad y blablablá. Tuvo 3 semanas en la Academia y toda la gira de OT1 que no fue moco de pavo. Ella tuvo la oportunidad y se la escapó. Mala suerte.
Pensé que la repesca serviría para voces buenas y artistas de verdad que no han tenido fortuna fuera como Cristie, Marey, Tony Santos o Idaira. Pero no, tocó turno a la enchufada de la primera edición.
Respecto a la presentadora. Bufff, no sé como decir esto sin descalificaciones, me va a costar.
Pilar querida, no vales. Es absolutamente anti natural, no sabe llevar los ritmos, ni los concursantes, ni qué preguntar y estoy de sus “A ver”…
Estaba perdida no: lo siguiente.
Todo el rato pendiente del pinganillo que se oía hasta en casa, incapaz de encontrar fluidez, de saber qué decir o como dar paso sin parecer estudiado…
No hubo altercados pero hubiera matado porque estuviera Risto y la pusiera en un aprieto, seguro que iba corriendo “Vasiiiiiiile que se se meten conmigo…”
Lo que hizo ayer Pilar Rubio dejó a la Judith Mascó de Supermodelo como Oprah Winfrey.
No sabía tratar con la gente, decir nada interesante y hubo dos momentazos. El primero es que en una de sus payasadas haciendo ver que estaba muy nerviosa la realización la cortó y fueron a Publio directos. Como diciendo “Cállate ya payasa”.
Y la otra fue al dar paso a una de las tropeciantes pausas publicitarias alguien del público la gritó “¡fueeeeeeeera!”
De hecho el público fue lo mejor, coreando tongo en las nominaciones y abucheando cada momento de comerciales. Lo más divertido sin duda.
Para colmo de los desaguisados han colocado a un friky que lee las redes sociales. Ayer yo estuve en las redes sociales porque ver la gala a palo seco era insufrible y lo que este elemento hacía era borrar cualquier comentario negativo respecto a la edición. Se sacaba los comentarios del forro y no era para nada la voz de las redes sociales que solo decían una cosa:
¡Qué vuelva Jesús Vázquez!
No quiero olvidar que Nina ha vuelto a la platea con su mismo ansia de protagonismo entrando cantando en el plató y dando un discursito que la audiencia somos lo más importante (aunque nos callen la voz borrando los mensajes), aún así en 5 minutos demostró que tiene más tablas y vale más que cualquiera que estuviera cerca y su seguridad contrastaba con una Pilar Rubio que metía la pata sin cesar y sin saber donde ir.
En resumen,
esta edición supondrá el fallecimiento del formato si no aprenden rápido de sus errores y creo que el principal es cambiar al jurado masculino y que la presentadora sea una figura menos protagonista como ocurre en X Factor.
Creo que lo único que puede salvar esta edición sería que dejaran desarrollarse a los cantantes y no les obligasen a todos a cantar pop comercial a destajo, sino que desarrollasen su personalidad y su carisma.
Aún así ayer fue lo de siempre, manipuleos haciendo que algunos cantarán la canción entera y otros a dúos y dejaron a la ciega nominada de manera rastrera al final para conseguir forrarse toda la semana con los votos de los incautos que siguen pensando que OT es un concurso musical.