lunes, 27 de enero de 2014

Crítica de TV - Benidorm [1,5/10]

El Inserso Guiri sueña con su paraíso vulgar


Aunque parezca mentira existe. Y va por la sexta temporada. Estos guiris… 

Se trata de una serie que lleva por nombre y título el título de la “emblemática” ciudad turística conocida por excelencia por sus precios baratos, sus chonis y los viajes del Imserso poblando cada rincón mientras se cuecen al sol al son de Manolo Escobar.

Todos sabemos lo que es Benidorm y no lo critico, es una ciudad de puro veraneo, de ir al Sol, a pasárselo bien a la playa y a emborracharse. 

Nosotros los sabemos y parece que los ingleses también, porque han hecho y confeccionado una serie en clave de comedia ridícula acerca de nuestra ciudad, y ambas comparten el mismo sentido del gusto, de lo refinado y del glamour y si hubiese un remake a la española tendríamos que comernos a Antonio Resines, Jesús Bonilla y un par más de artistas de la talla y el calado de los grandes actores que nos ofrecieron el remake de Cheers.

Benidorm es una burda de serie, realmente mala, sobreactuada, llena de historias que son gags a medio gas y con un humor entre inexistente e infantil, y tan blanco y absurdo que si fuese española la habríamos machacada y apaleado sin traición.

La trama se centra en las aventuras de un grupo de gente diferente en un complejo vacacional en Benidom, y… ya. Ahí se van sucediendo chistes unos sin gracia y otros con con menos aún, con tramas un poco para toda la familia y todo ello grabado como si fuese un capítulo aleatorio de la serie de los S Club 7.

El peso de la acción la quieren basar en los personajes, pero es que son tan estereotipados, cutres y casposos que dan vergüenza ajena. Y una de las cosas que pensaba al verla, ¿qué hubiese pasado si se hubiese realizado en España? Pues que es increíblemente racista, pero con ellos mismos. Me explico, si uno ve Shameless, ve como los ingleses saben reírse de sí mismos. pero viendo Benidorm no es solo que sepan reírse de sí mismos, ¡es que se humillan!

Imaginad todos los estereotipos que tenéis sobre los guiris y que usamos para reírnos de ellos, todas esas cosas que sabemos que hacen en los hoteles y que nos sacan de quicio como tostarse como gambas y langostas, como ir con sus escasísimos modales gritando y bebiendo cerveza, o los viejos decrépitos con un tono anaranjado que se creen que quedarse como una pasa es un prototipo de belleza… A eso sumadle un camarero travesti viejo, un par de peluqueros gay histriónicos y seguimos…

Esto podría funcionar si tuviesen algo que contar, o situaciones construidas en alguna base, pero no. Solo gente andando y rechinado frases de memoria mientras se quedan quietos como pensando ¿ha sido esta toma la buena?

En resumen, Benidorm es una comedia muy mala, una producción muy cutre y cargada de elementos que la califican hasta de bodrio de primer nivel. Lo único bueno que puedo decir de ella es que de tan mala que es resulta entretenida, como una comedia que pasan en verano en la 1 a las 11 de la mañana. Desde luego no una de esas joyas televisivas de la televisión inglesa.

Lo mejor: De lo mala que es resulta entretenida

Lo peor: Que es muy mala

Valoración 1,5/10

domingo, 26 de enero de 2014

18 Meses de Vida

Mi aventura entre guiris, primarks y la búsqueda de ese lugar llamado hogar



Así como que no quiere la cosa te vas encontrando con que pasan los días, las semanas, los meses y sin querer te has convertido en un emigrante español viviendo en una ciudad que parecía fría y lejana pero que has terminado acogiendo como tuya.

Esas calles por las que hace ya 18 meses decidiste rodar una maleta cargada de ganas de empezar y probar suerte. Como otro más. Pero con el coraje y el valor que te convierte en único.

Era Julio de 2012, y la ciudad y el país que me iba a acoger se estaba vistiendo de olímpica para uno de esos acontecimientos del siglo que suceden cada cuatro años. 

Buscas un hogar entre miles de historias, entre miles de cuchitriles, alacenas convertidas en habitaciones sin ventilación por 280 libras al mes., casas con paredes tapizadas de moho, otras llenas de basura, otras estrechas, en otras no te quieren por “ser español” y la gente quiere hablar la lengua de shakespeare, en otra no te aceptan sin trabajo y en otra el anuncio engañoso resulta ser una plantación de chinos hacinados entre literas compartiendo habitación.

Por fin, cuando vas a desistir encuentras una casa sin fianza, con contratos por semanas y viviendo como en un chiste: con un checo, una lituana, otro español y un africano. Nunca conoces al casero porque él vive en Londres y tú en Manchester. Todo empieza a tornarse en raro y la casa parece un hostal, entran a vivir chinos, polacos, escoceses y gente a la que ni siquiera ves porque te pasas el día pateando los mismos sitios que todo el mundo y dando el currículum esperando que el tuyo quede en el tope del montón.

Tú inglés es bueno, ya has trabajado en el extranjero, te puedes comunicar pero por algún motivo el teléfono que te compraste no suena. 

No te desesperas y mientras tanto te refugias en conocer gente por internet. Haces algo así como grupo con españoles que están como tú. Ayudas a unos, odias a otros. Como en cualquier lugar pero con una camaradería extra con todos, porque no nos engañemos: no te queda otra.

Y empiezas a rodar, te salen entrevistas, te salen cosas y haces los primeros grandes amigos. En un mes de lucha encuentras trabajo, dejas de perder peso de forma alarmante y sales pitando de esa casa en el medio de un barro indio en la que nunca has sentido nada parecido a la palabra hogar.