miércoles, 17 de febrero de 2021

[Crítica] – Palmer – ★★★★1/2


El poder de ser la mejor versión de quién eres



 La película narra el regreso de una estrella del deporte de un pueblo de EEUU tras 12 años en la cárcel, allí vuelve a casa de su abuela Vivienne que vive junto a un trailer habitado por una adicta a la heroína y su hijo, un niño que recibe bullying por ser diferente. 

Cada vez que ésta se marcha, el niño queda al cuidado de Vivienne, interpretada por una fantástica June Squibb que estaba terrífica en Nebraska y me ha hecho recordar lo mucho que me gustó aquella película. Cuando la madre del niño desaparece de nuevo, el niño vuelve a formar parte de la unidad familiar.

Ahí es donde el niño y Palmer forman este vínculo que les llevará a su historia de adaptación, o más bien de aceptación a ser inadaptados en un mundo en el que a ambos les miran por encima del hombro a uno por ser ex convicto y a otro porque le gustan las princesas y las hadas.

El guión de la película es de Cheryl Guerriero que creo que ha conseguido un guión increíblemente sólido. Me parece que hay que seguir de cerca este nombre porque nos va a dar muchas alegrías en el futuro.

Existen muchas películas de redención con niño, y en ésta te crees por completo el vínculo y cómo va creciendo, creo que consigue capturar muy bien ese sentimiento de responder ante el bullying simplemente siguiendo siendo quién eres. Es muy bonito ver cómo el personaje de Timberlake va de la desconfianza, a la aceptación, la sobreprotección y el orgullo de este niño. La he encontrado muy emotiva.

Juno Temple redondea la cinta y está brillante en sus escasas escenas como la madre adicta, es un papel que casi hace dormida pero esta actriz siempre da un 100% en todo y ojalá estuviera en más cintas.

Y luego el guión está lleno de detallitos y críticas a la perfección de otros, de hecho la escena de todas las miradas y murmullos a Palmer se realizan en la Iglesia, el lugar en el que se practica el perdón en teoría… También detalles sobre el odio de los padres transferido a los hijos, hay gestos cómo cuando la profesora visita la casa y el personaje de Timberlake está con una cerveza y la cambia a agua a la siguiente toma. Son pequeñas cosas que el guión va sembrando para el disfrute general.

Pero el corazón de la cinta es el creer en quién eres con tanta fuerza cómo para que no te importa lo de alrededor y tratar de hacer el bien y el camino correcto.

Timberlake es quizás el que menos mastica a un personaje que a lo mejor en un actor con más registros habría avasallado la pantalla, pero se mantiene bien y correcto. Uno solo piensa en ese personaje con un actor como Jake Gyllenhaal y hubiésemos hablado de otras palabras. Aún así, Timberlake no ejerce un mal papel en absoluto.

En resumen, me ha emocionado, entretenido y gustado, y el niño me parece todo amor, solo quieres achucharlo y protegerlo del mundo. 

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