martes, 27 de diciembre de 2011

Marco, ¡Quién te ha visto y quién te ve!

Review y crítica del primer capítulo de Marco en Antena 3





Primera señal de alerta. Una amiga amante de la televisión casposa española, de las que se apuntan frases románticas del barco, se divierten con "Los misterios de Laura" y llora con "Tierra de Lobos" me dice que está emocionada por el estreno de "Marco" en Antena 3.

Eso lo tengo que ver yo.

Así que yo, twitter en iPad encima me pongo con mi sarcasmo y buena fe a ver ese experimento que prometía ser todo un acontecimiento navideño de guilty pleasure combinado con arte trash. Ahora que ha terminado, lo puedo decir: Marco ha sido lo suficientemente cutre, ñoña y divertida de manera no intencionada que ha llenado el huequecito que me quedó en mi corazón amante de soplapolleces cuando tuve que dejar de ver el barco por su traslado a la noche de los jueves. Y es que los lunes en Antena 3 son un festival del humor.

Pero, ¿es tan malo Marco?
No, seguramente no sea su público objetivo. Es más bien una mini tele movie para niños bien intencionados, amantes del ñoñismo repipi y señoras mayores de seis años cuyas madres las visten con vestidos de fresas y tirabuzones.
En serio, Marco no ha sido tan mala, no es un desastre, es solo que es… cutre.

El caso es que se supone que este Marco se basa en el libro original y no en la serie de dibujos que todos hemos estado viendo de pequeños. Y claro Marco ha cambiado tanto que ha sido un choteo completo, porque Marco sin mono, sin vivir en un puerto italiano y  sin estar al pie de la montaña… ¿Qué clase de Marco es ése Marco? Eso no es Marco ni es nada.

¡Qué nos devuelvan el dinero!

Para empezar la madre les cuenta un cuento a sus hijos (porque Marco tiene un hermano llamado Lucas) y en un alarde de querer mostrar que la compañía se ha hecho con los cromas deRinger nos muestran el cuento con Marco, hermano y madre pululando por el castillo imaginado. Ver para creer.

Entonces la madre se tiene que ir a buscarse la vida y ganar dinero para sus hijos y les abandona dejándoselos al cuidado de “sus abuelos” (estaba despistado y es posible que aquellos señores mayores no fuesen sus abuelos, sino simplemente señores mayores que vivían en la misma casa).

Entonces Marco y su hermano se levantan, y se ponen a desayunar y la señora mayor cuenta los vasos y dice: “Oye Marco, has puesto uno de más porque tu madre no viene a desayunar porque os ha abandonado”

Entonces claro, con tanta delicadeza el niño se coge un mosqueo de tres pares de narices, pero empieza a recibir cartas de su madre que se ha ido a trabajar a…
¿Argentina?

¡No! ¡A Benidorm!
Que los billetes a la Pampa son muy caros y aprovechando el descuento del Imserso de la señora mayor, pues le sale bien barato.

De repente un día la madre deja de escribir y claro, todos se asustan. ¿Qué haría una persona normal? Llamar al hotel en el que trabaja la madre a ver si ha pasado algo.

Pero claro, esto es una serie de Antena 3 y aquí no hay cabida para comportamientos normales, así que al llegar los servicios sociales (en forma de Policía Nacional) los niños se escapan por miedo a que los separen y los señores mayores ocultan que se han marchado porque de todos es sabido que es mejor que dos niños indefensos vagabundeen por la calle que estén bajo custodia de la Policía nacional. ¡No hay más que ver lo bien que les fue a los niños de Slumdog Millionaire! ¡Si hasta ganaron un porrón de Oscars!

Entonces Marco se va a la estación de buses y compra un billete para él y a su hermano le dice que se haga pasar por menor de 5 años para viajar gratis. Los niños se suben pero ven a tiempo el horrible bigote de Ernesto Alterio (para lo que has quedado) y se esconden en la bodega de equipajes del autocar. Como el busero está todo liado con pensar la película en VHS que les va a poner a los veraneantes que se van a Benidorm, no les ve y se marchan camino de ese mundo tan cosmopolita y moderno que es Benidorm.

Al llegar allí los niños descubren algo insólito: la playa de Benidorm está limpia, libre de guiris y no hay nadie en la arena. Quiero decir nadie. Ni inglesas borrachas cuales cangrejos a la marinera, ni alemanes sonrientes cargados de cervezas, ni familias con sombrillas acaparando media playa.

Nadie.

Entonces los niños se acercan a una feria donde Marco descubre una pista sobre el hotel en el que puede estar su madre trabajando y Lucas se mete en un circo cutre con capacidad para 7 espectadores de pie donde le lanzan unos cuchillos. Este arco de argumento es muy importante porque todos pensábamos que aquí conocerían al mono Amedio, pero no. Nuestro gozo en un pozo.

Los niños se cuelan por el hotel como Pedro por su casa y descubren que su madre trabaja en otro turno (mecachis) así que se meten en el carrito de las camareras (bendito carrito, ¿qué sería de los tópicos del cine sin él?) y se cuelan en una habitación donde, en un delirio de avanzar la trama, piden al servicio de habitaciones poniendo voz rara y se ponen a saltar en la cama.

A la mañana siguiente una camarera de hotel les pilla, aunque no entiendo para qué vuelve a la habitación si ya la había dejado limpia y arreglada la noche anterior, y tras contarle el caso (somos unos pobres niños abandonados) les dice que su madre ya se había marchado y donde vivía antes. Este personaje merece una mención aparte por su gran instinto maternal de echar a los niños cuales ratas en lugar de acompañarles o llamar a la policía.

Entonces los niños van allí, la madre ya no vive, el bigote de Ernesto Alterio ya ha llegado y no me preguntéis cómo pero se cuelan en el almacén de la madre donde una señora mayor que fuma mucho, pero mucho como si no tragase el humo y solo lo soplase encierra al más pequeño para vendérselo a la Iglesia como moneda de cambio. No, en serio, llama a Ernesto Alterio para que lo coja. Pero, ¿cuáles eran las intenciones verdaderas de la señora que fuma? ¿por qué no les ayuda a nuestros pequeños aventureros? Este personaje es tan confuso que exijo un spin off.

El caso es que se escapan y con las pistas que obtienen descubren que la madre ya no está en Benidorm sino trabajando en la huerta. Así que se ponen a hacer autostop y les para… ¡el hombre del circo! Que al parecer se dedica a recoger niños perdidos en la carretera y ofrecerles explotación laboral. ¡Un lujazo vamos! Aquí pensé que les regalaría al mono, pero no. No había ni rastro del mono.

Nuestro Marco es más listo que él y le dice que no y al final llegan a la huerta, donde parece que van a ver a la madre, pero no. También se ha ido. Entonces dos jornaleras discuten sobre qué hacer y una en pleno ataque de sensatez decide llamar a la policía, pero la otra que es una mala pécora les da dinero para ir en tren a Madrid y que se reencuentren con su madre. Marco antes le dice que no acepta el dinero, porque es pobre pero tiene orgullo, pero la mujer insiste.

Así que Marco, su hermano y un jersey de cuello de vuelto de lana gorda que me daba calor de solo verlo con toda la solana que estaba cayendo se montan en el tren con destino a Madrid.

Pero al pasar el interventor les descubre y avisa a ¡el bigote de Ernesto Alterio! Que ya estaba también en el tren. Entonces les persigue por el tren en un clímax que casi me tritura los nervios y la paciencia, porque claro el bigote de Ernesto Alterio les acorrala y ellos hacen lo que cualquier español haría al ver al cómico español: Huir.

El caso es que pilla a Lucas y Marco abre el tren y salta en mitad de las vías y llegando ya al túnel de Atocha.

Para que nadie se quedara sin dormir de tremento cliffchanger en el avance de la semana que viene nos dicen que Marco ha sobrevivido a la persecución en el tren estilo Mision Imposible (menos mal) y que en el próximo capítulo se nos termina el invento (todos juntos: oooooooohhhhhhhh).

Y es que, en resumen, Marco ha sido cutre, mala y cursi y ñoña a más no poder (esa música es de vergüenza ajena) pero ha sido tan tonta y ridícula en su guión, y tan cutre en los cambios introducidos que ha sido todo un deleite humorístico de primer nivel. La semana que viene yo no lo pierdo.



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Y por supuesto leer mis desventuras en formato novela online en ¿Con quién se acuestan las manzanas?

3 comentarios:

  1. Saludos. Es la primera vez que entro. Encontré la página buscando críticas de la monstruosidad que me tragué ayer en Antena 3 y ha sido un lujazo encontrarme con esto. Coincido al cien por cien.
    P. D.: Bendito, es con B.

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  2. Cierto que el primer capítulo tiene algunos fallos, y también pienso que en el segundo habría pasado lo mismo, pero debo admitir que el personaje de Lala (Carla Díaz) salva la serie.

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  3. a mi me gusto, y no fue tan exagera como el telefilm italiano d elos 90.
    eso si, hubo muchas incoerencias ya que la historia se habienta en los 80 para dificultar la busqueda. con lo que se han colado con facilida muchas cosas recientes.

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