lunes, 19 de marzo de 2012

Especial - YO MATÉ A LAURA PALMER - Episodio Piloto

“Hay muchas historias en Twin Peaks, algunas son tristes y otras, divertidas. Algunas son historias de locura, de violencia. Algunas son corrientes, aunque todas tienen un toque de misterio. El misterio de la vida. A veces, el misterio de la muerte. El misterio del bosque. El bosque que rodea Twin Peaks. Para presentar esta historia, permitidme decir que comprende un todo. Está más allá del fuego, aunque pocos comprenden el significado de eso. Es la historia de muchos, pero comienza con Una. La que conduce a los demás es Laura Palmer. Laura es esa una.”





REVIEW EPISODIO PILOTO

Durante los primeros siete minutos y medio que arranca la serie, vemos como un hombre de un pacífico pueblo rodeado de bosques y dos montañas se acerca a pescar. Está amaneciendo, hay un aire de tensa calma en ese lugar en la frontera entre Estados Unidos y Canadá con 51201 habitantes. Entonces este hombre ve algo envuelto en unos plásticos trasparentes junto al río.
Es un cadáver, y en el minuto 7:30 escuchamos ese nombre que hizo girar la cabeza a medio mundo y que todavía hoy sigue vivo en el colectivo popular: Laura Palmer. Ella es la que está entre esos plásticos. Al menos su cuerpo, su vida, su alma, sus sueños y su espíritu continúa entre las historias que conforman el pueblo. 51200.

Laura es la reina del pueblo, guapa, popular, buena estudiante… un poco el ejemplo a seguir de  todo el mundo. Y la noticia de su muerte y asesinato deja conmocionados a todo el pueblo.

Ahí es donde llega el agente Cooper, a tratar de arrojar luz y descifrar el misterio de ¿Quién mató a Laura Palmer? Y al no haber un claro culpable tendrá que meterse en la intrahistoria de los habitantes donde cada uno guarda un misterio y una relación diferente, ya no solo con la víctima sino entre ellos.



Y es que el pueblo guarda una atmósfera, un misterio, un algo oscuro del que todos son conscientes y no quieren describir, un ambiente cerrado propio de los pueblos cerrados y rurales de Estados Unidos.

Pero lo que destila el piloto no es solo saber la identidad de la investigación policial, que es el motor de la serie, sino la intrahistoria de los personajes que aparecen y es que todos (o casi todos) parecen tener dobles vidas, cosas oscuras, relaciones folletinescas, ansias de poder y dinero…

Y todo ello en un ambiente perfectamente retratado con esas montañas envueltas en nubes, el instituto, las vías del tren, la comisaría de policía, el aserradero… cada espacio tiene su propia personalidad, su propio trazado y sus propios habitantes cargados de historias que nos morimos por conocer y ver desarrollar.

En el piloto simplemente se plantean las claves a desarrollar, pero de una manera tan hipnótica y cargada de tintes sarcásticos y absurdos que es imposible no dejar de mirar a la pantalla, como una coreografía de la que no puedes apartar los ojos mientras asistes a un baile de pies, de zapatos, de teléfonos que suenan, de semáforos bailando al son del aire, de conversaciones acerca de tartas de cereza y de personajes tan zorros y angelicales como Audrey, la hija de los dueños del motel o el triángulo amoroso entre el novio de Laura Palmer y la camarera casada (y maltratada) por un camionero.

Y es que esa es la esencia del piloto, dos horas absolutamente brillantes y cargadas del mejor cine del director, co-creador y co-guionista de esta obra: David Lynch.

Esto no va a ser una tesis sobre una de las mentes más creativas, surrealistas, incongruentes y fascinantes del panorama del cine. David Lynch es capaz de lo mejor y lo peor, de obras maestras y basuras sin sentido, siempre rozando esa línea entre absoluta genialidad y tomadura de pelo. Pero lo que podemos ver en este piloto son sus rasgos al completo:
-          Es un cineasta independiente. Nadie había hecho nada así en la historia de la televisión.
-        Tiene un riquísimo mundo interior con una atmósfera única, con esas sombras y esa manera de dejarte descubrir la trama no de manera lineal sino palpando una habitación a oscuras hasta que descubres las formas, las sensaciones y lo que te sugiere.
-      Es un hombre experimental, cargado de surrealismo, que mezcla los sueños con la realidad, un cineasta de culto similar a Cronenberg donde no entiendes todo lo que sucede pero no te hace caer en saco roto o despistarte de la pantalla.
-      Es un cultivador de personajes, de gente solitaria que vaga en busca de respuestas, que se encuentra con el sexo como elemento tórdido, con facilidad para tramas oscuras.
-        Mezcla los géneros, en este piloto hay drama, cine negro, thriller, comedia surrealista… y todo ello con gran eclectismo creativo. Con distintos puntos de vista.
-         Sobre todo es fiel a sí mismo, a su manera de crear atmósferas y enfrascarte en ellas, a crear mundos, o en este caso pueblos.

En resumen, el piloto de Twin Peaks es una obra de arte, una lección magistral de dirección, de fotografía hipnótica, de una banda sonora impresionante, de otorgar unas tramas con unos personajes interesantísimos (no hay uno plano) y un misterio central envolvente para contentar todos y cada uno de los puntos de vista.

Y han pasado 22 años, pero el buen arte (y éste lo es) es inmortal.

2 comentarios:

  1. La verdad es que nunca habia oido hablar de esta serie, pero despues de leer la critica, le voy a dar una oportunidad, sin duda.

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  2. merece la pena. hay que verla con mentalidad 1990, es decir entender que fue pionera en muchas cosas

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