LOS JUEGOS DEL HAMBRE (2012) - ****

Que la suerte esté siempre de tu lado

Esperar tanto a una película es un arma de doble filo: Por un lado hace que cuando te sientes en la sala tengas tal grado de excitación que disfrutes con cada acierto y por otro lado hace que las expectativas generadas en torno te hagan pensar que estas ante algo que luego en realidad no se corresponde.

Eso ha sucedido un poco con “Los Juegos del Hambre” la llamada a ser nueva saga-franquicia de la nueva década ante la muerte de Harry Potter y la cada vez más próxima de Crepúsculo. Además viene avalada por el éxito en Estados Unidos (tercera película en la historia en hacer mejor fin de semana de estreno, primera no secuela) y toda una horda de promoción verdaderamente interesante (recomiendo leer el artículo publicado en Fotogramas de Mayo 2012 al respecto).

A mayores yo he leído (más bien devorado) los libros en menos de 5 días y tenía tantas ganas de verla que me sentía hasta nervioso con cada anuncio en la tele. El viernes, día del estreno y a la primera sesión me senté en la sala de cine como un campeón cruzando la línea de meta y me dediqué a ver la adaptación cinematográfica de una película-acontecimiento.

El resultado tras 142 minutos de puro espectáculo y montaje electrizante puedo decir que  “Los juegos del hambre” ha cubierto mis (altas) expectativas y me ha hecho divertirme en una sala de cine. Me he reído, me he emocionado, y disfrutado de algunas auténticas genialidades por parte de su director ¡Ojala todos los grandes productos fuesen como éste!

En primer lugar la película se enmarca en un futuro en el que el mundo como lo conocemos ha terminado. Ahora se llama Panem y hay un capitolio que controla todo y el resto de la población está separada por distritos (13 en total). Una vez al año, como recuerdo a los distritos que el Cpaitolio es quién manda, cada distrito debe enviar a dos tributos (un hombre y una mujer) a los conocidos como “Juegos del Hambre” un espectáculo brutal donde lucharán a muerte siendo televisados para toda la nación.

Y hay aparece la protagonista Katniss, una joven cazadora que se salta las estrictas normas de su distrito para cazar en el bosque y evitar que su familia se muera de hambre en un entorno que recuerda mucho al de la gran depresión y la América más profunda.

Su único sentido es de protección hacia su hermana pequeña Prim tras la muerte de su padre y las pérdidas mentales constantes de su madre.

Pero, en contra de las probabilidades su hermana Prim es elegida como tributo y en un ataque de protección, Katniss decide presentarse voluntaria para ocupar su puesto. El otro tributo de su distrito es Peeta, un joven con el que tiene un acontecimiento en el pasado y un futuro más que abocado al desastre (antes o después se van a tener que matar).

Antes de ir a la sala tenía muchísimo miedo de cara a la película, porque el libro se puede (mal)interpretar por muchos sitios: elogio de la violencia, triángulo romántico, mero vehículo de acción, película simple adolescente…

Pero no, han sabido capturar la esencia del libro a la perfección, la crítica sigue estando ahí (quizás algo más escondida que en el libro) y sobre todo el contraste de ridiculez entre los dos mundos (privilegiados y resto de distritos) o la banalización absoluta del mal y la violencia en pro del espectáculo.

El que diga que la película no tiene dónde rascar para sacar conversaciones es porque no la ha terminado de entender o no quiere molestarse porque todo eso está ahí, solo hay que tener una perspectiva tridimensional y saber leer los bosquejos que se van trazando.

Respecto al gran miedo de todo el mundo adulto: el triángulo amoroso. Ya lo habéis leído, pero me repito una vez más, los juegos del hambre no es crepúsculo. En la saga de vampiros y hombres lobo el romance es el vehículo, el motor que impulsa la acción y desencadena la acción. En Los juegos del hambre está ahí como un elemento más y sobre todo humanizador de los personajes ante todo lo que se mueve alrededor.

Esto no es un team Edward versus team Jacob, los devaneos de Katniss entre Gale y Peeta no son radicales simplemente están ahí y son “utilizados” en determinados momentos para traspasar más fronteras y otorgar veracidad. Pero esto no es una película ni una novela romántica. De hecho el beso que surge en la película se puede interpretar de tantas maneras que es divertido observar las reacciones de la gente.

Otro de los grandes aciertos del guión y la película son lo bien traspasados que están los giros del libro en la película. Mientras leía las novelas a veces me quedaba con la boca abierta sobre lo que sucedía, me sorprendía, gritaba de alegría, sonreía… Esas reacciones las he visto tal cual en la audiencia de la sala de cine (llena hasta la bandera). Así que, pese a saber lo que iba a pasar, disfrutaba sabiendo que la gente compartía mis emociones.

Y es que la cinta por momentos se vive, te atrapa e impulsa a animar a Katniss en el periplo y a padecer sus emociones.

Gran parte de este acierto es de su director pero sobre todo de su protagonista que brilla de manera espectacular como la chica en llamas. Su nombre es Jennifer Lawrence y la conocemos gracias a esa película independiente (a la que no se ah dado todo el mérito que merece) llamada Winter’s Bone. Con ella se metió a la crítica en el bolsillo con una nominación al Oscar incluida. Tras ella la vimos como la joven Mística en la brillante “X-Men: Primera generación” y ahora ya ha entrado por la puerta grande de Hollywood dando alma, cuerpo y entregándose a un personaje que parece hecho a su medida.

Y es que esa vertiente de cazadora y superviviente la hereda directamente de “Winter’s Bone”, pero su mirada, su hostilidad, su fragilidad y su fuerza son de cosecha propia. Ella es Katniss desde el segundo cero y será recordada en la historia del cine por este papel. Da gusto ver a una actriz joven interpretando de manera tan eficaz y convincente en una película mainstream.

El reparto se apoya también en el carisma de Woody Harrelson con un papel genial, el de Haytmitch, antiguo ganador de los juegos por el distrito 12 y convertido en mentor ahora de los protagonistas. Su ironía y adicción al alcohol es por donde se destila el humor y se alivia la tensión de la cinta.

Hemos hablado del triángulo amoroso. En esta cinta su compañero de caza en el distrito tiene un papel meramente testimonial y el hermano de Thor (el australiano Liam Hemsworth) apenas tiene un par de escenas en pantalla pero físicamente encarna el papel de Gale como lo había imaginado.

El de su compañero de fatigas en la aventura, Peeta, es obra de John Hutcherson un niño que le hemos visto crecer en pantalla desde “Zathura” a “Un puente hacia Terabithia” la franquicia “Viaje al centro de la tierra” y ya más mayor en “Los chicos están bien”. Los juegos del hambre es su revolución y confiere ese aspecto de bonachón que debe tener Peeta, no es demasiado guapo pero da bien en cámara, y es esa clase de actor que cae bien a todo el mundo. El tiempo dirá su valía como intérprete, pero en Los juegos del hambre cumple, aunque Jennifer Lawrence le coma la partida.

Pero como esto es una franquicia hay nombres que aquí son meros secundarios y ya se desarrollarán, aunque todos están perfectamente trazados en un par de escenas hablo de Elizabeth Banks, de Lenny Kravitz o Wes Bentley.

Pero hay dos nombres más en el reparto que saben sobresalir. Stanley Tucci está histriónicamente brillante en su papel de anfitrión y presentador del reallity. Y Donald Sutherland ejerce como el gran villano de la película (con un amor desaforado por las rosas) el presidente Snow. En éste papel es donde están los cambios más significativos respecto a la novela y es que Donald sugirió (y se le escuchó) que su papel tuviese más peso que en la primera novela y que viese venir a Katniss desde lejos como una gran amenaza.

Como seguidor de las novelas no me gusta este cambio (¿en base a qué sabe él que ella puede incendiar todo?) pero por otro lado consigue que le tengas más animadversión. Donald Sutherland infiere el respeto que debe dar el presidente y el temor que debe infundir.

Gran reparto que cumple perfectamente en algunos y en otras ocasiones destaca, y gran labor tras la cámara de Gary Ross. Un director que a mí me parece fantástico. Sus anteriores películas me parecen brillantes. Su uso del color en Pleasantville y su pericia de ácidez me fascinaron y su academicismo y gran manera de narrar en Seabiscuit me convenció (recuerdo que con aquella gritaba en el cine animando al caballo). Y ahora en Los juegos del hambre da una lección de cine dentro de un blockbuster. Digan lo que digan.

Sus primeros pasajes son puro cine independiente, los planos, los movimientos de cámara, el montaje que no dura más de 3 segundos, su forma de manejar el silencio y la gran forma de mostrar el entorno es brillante.

Sus planos del lujo y la excentricidad del capitolio son otro grandísimo acierto, sabe narrar con imágenes sin necesidad de nada más y eso es mucho en una adaptación en partes complicada.

Y digo lo de complicada porque en la novela todo está narrado en primera persona, es Katniss la que nos introduce en la mitología de los juegos del hambre, todo es primera persona y por ella conocemos todo este universo creado de Panem, distritos, sinsajos y demás elementos que consigue hacer de la obra literaria única. Aquí se opta por sacar la acción a veces de la arena hacia la organización o el presentador y conseguir explicar esas cosas por boca de ellos en lugar de haber mostrado una ridícula voz en off o a Katniss hablando sola.

Para muchos será una bobada pero para mí es importante que un personaje no hable solo cuando quiere explicar algo, muchas películas tienen esa manía ahora cuando nadie lo hace en la realidad y por ello el hecho de salir de la arena para dar las explicaciones necesarias me parece un grandísimo acierto del guión.

Un guión que adapta muy bien la novela. Seamos sinceros, la novela está muy influida por el cine y al leerla lo que quiere es que veas las cosas, no hay grandes descripciones en ella, pero saber qué líneas merece la pena desarrollar y cuales pasar por encima es complicado. Y además saben dejar elementos necesarios para que el fan sepa por dónde van las cosas y pueda explicar y regodearse en ese momento único en el que sientes superior a la sala sabiendo que has pillado la referencia y el resto no.

Personalmente la oclusión de Katniss drogando a Peeta me parece un error, pero sin tiempo real de desarrollarlo, la manera en la que lo han hecho funciona.

Pero es que además de todo lo fundamental los adornos son preciosos. La recreación del capitolio te hace abrir la boca, y las pericias técnicas son fascinantes, sobre todo las bolas de fuego. Técnicamente la cinta está perfectamente realizada y se permite licencias artísticas de vestuario para darle un plus añadido.

No quiero extenderme mucho más porque al final voy a escribir un ensayo eterno sobre la cinta y la novela pero si quiero recalcar que la película establece perfectamente las pautas para ser continuada de forma solvente y más aún, como entidad “Los Juegos del hambre” es una buena película con un gran ritmo y sentido del espectáculo en sus apasionantes 142 minutos.

En resumen, Los juegos del hambre es el inicio de algo aún más grande, pero de momento es un blockbuster en el que se deberían mirar todos, con rasgos cinematográficos de primer lugar (nada de plano contraplano constante) y que va a gustar a muchas generaciones diferentes, ¿cine de adolescentes? Sí, pero del que gusta a todo el mundo que quiera sentarse ante una pantalla de cine a vivir emociones, a divertirse sin reparos y a adentrarse en otro universo.

Los juegos del hambre es sin lugar a dudas una brillante adaptación de una de las sagas cinematográficas que más van a influir en el cine en los próximos años.

Si todas las sagas que se vendrán encima mantienen este alto nivel, podemos respirar tranquilos porque hay vida inteligente en los grandes productos comerciales.

Lo mejor: Jennifer Lawrence sobresale a todo

Lo peor: La crítica y la acidez está más tapada de lo que me gustaría pudiendo haber sido más adulta

Valoración: 8/10