“Hi Bitches, I´m back”
Ese era el grito de Rachel al volver a la casa por 24 horas a putear abiertamente al personal. Hace cosa de mil siglos que no comento nada acerca del reallity veraniego que se está celebrando en Estados Unidos y que ha ido perdiendo fuelle a ritmos agigantados en gran parte por un cast que se mueve entre la indiferencia y las pocas ganas de ofrecer espectáculo, porque a pesar de que la tetas siliconadas me caía bastante mal, desde su marcha las ganas de comentar el programa han disminudo hasta el hecho de casi no hacerlo.
En rápidos titulares la brigada de 4 ha dominado completamente hasta que los tres seres más aburridos del programa decidieron deshacerse de uno de los suyos por miedo a que les ganara y a que no le dominaran. Así pues han ido desfilando la “camarera” de cocktails de las Vegas (sí se supone que eso es un trabajo), la policía incapaz ya no de ganar si no de no ser humillada prueba tras prueba, la mente prodigiosa de un músico que no ha llegado nunca a nada y al final el capitán america que luchaba contra todos y cuya mandíbula de orangután me irritaba abiertamente.
El único resquicio de vida que nos queda en la casa se llama Britney, la única mujer que ha sido capaz de cargarse a uno de la brigada pero que ahora en la final five lo tiene complicadísimo para ir más allá del cuarto puesto, como mucho. Nuestra pequeña bitch ha sabido engañar, reirse de concursantes, hacer alianzas falas con sus enemigos para salvarse y discutir contra personas que con un tosido la empotraban contra la pared. La mejor concursante de la edición pero que poco a poco ha ido perdiendo su fuelle cómico y al final se ha dejado comer la cabeza por unos y otros y se ha quedado a medio gas.
Reagan, el gay histriónico obligatorio, ha sido otro de los que nunca ha dejado claro de que iba su película y ha actuado tan bajo el radar que me cae directamente mal. Su discusión con Rachel ha sido épica, pero el pobre no ha tenido huevos de discutir con ella hasta que ésta estaba expulsada lo que me dice que ha sido una estrategia estar callado. Ha funcionado más o menos, pero ha sido un coñazo. De hecho es el único que ha descubierto a la brigad pero el pobre tiene tan poca sangre que ha decidido callarse ¿para qué? ¿es que no ve que tiene las horas contadas?
Porque así está la casa 3 de la brigada a cada cual más coñazo contra nuestra bitch y su gay de compañía, es decir, que tienen los números en contra y que o se dedican a ganar como locos juegos o la han cagado y ganará uno de la brigada, pero lo peor, es que siento total indiferencia sobre quién puede ganar o me apetece que lo haga.
Y es que en el fondo, y aunque me reserve un comentario final para esta edición, Big Brother americano es cutre, que todo el destino de un concursante se resuelva en unjuego de 3 minutos de ir a una piscina a por dos cartelitos… madre mía, ni estrategia ni leches, esto es muy aleatorio porque encontrar los letreros entre gusanitos de embalaje es suerte, ni inteligencia, ni memoria, ni resistencia ni nada. Si Brendan hubiese ganado ese HoH en lugar de Hayden la cosa sería tan diferente que me parece un despropósito que todo sea tan aleatorio.
Así que estoy en este punto, de dejadez, me da igual quien gane, me divierte Britney pero no lo suficiente como para seguir enganchado, quedan un par de semanas que veré por inercia más que por verdaderas ganas. Big Brother USA empezó curioso pero por un cast erróneo, un estilo de jugar bajo el radar por el 95% de la casa, un Twist que se torció demasiado pronto y la expulsión de concursantes divertidos (todas las mujeres cayeron una tras otra) al final se ha ido haciendo cada vez más y más cuesta arriba. Y es una pena que el sabor de boca que me está quedando sea tan agridulce, solo lo salvaría Britney ganando, pero es taaaaaan improbable…
Ese era el grito de Rachel al volver a la casa por 24 horas a putear abiertamente al personal. Hace cosa de mil siglos que no comento nada acerca del reallity veraniego que se está celebrando en Estados Unidos y que ha ido perdiendo fuelle a ritmos agigantados en gran parte por un cast que se mueve entre la indiferencia y las pocas ganas de ofrecer espectáculo, porque a pesar de que la tetas siliconadas me caía bastante mal, desde su marcha las ganas de comentar el programa han disminudo hasta el hecho de casi no hacerlo.
En rápidos titulares la brigada de 4 ha dominado completamente hasta que los tres seres más aburridos del programa decidieron deshacerse de uno de los suyos por miedo a que les ganara y a que no le dominaran. Así pues han ido desfilando la “camarera” de cocktails de las Vegas (sí se supone que eso es un trabajo), la policía incapaz ya no de ganar si no de no ser humillada prueba tras prueba, la mente prodigiosa de un músico que no ha llegado nunca a nada y al final el capitán america que luchaba contra todos y cuya mandíbula de orangután me irritaba abiertamente.
El único resquicio de vida que nos queda en la casa se llama Britney, la única mujer que ha sido capaz de cargarse a uno de la brigada pero que ahora en la final five lo tiene complicadísimo para ir más allá del cuarto puesto, como mucho. Nuestra pequeña bitch ha sabido engañar, reirse de concursantes, hacer alianzas falas con sus enemigos para salvarse y discutir contra personas que con un tosido la empotraban contra la pared. La mejor concursante de la edición pero que poco a poco ha ido perdiendo su fuelle cómico y al final se ha dejado comer la cabeza por unos y otros y se ha quedado a medio gas.
Reagan, el gay histriónico obligatorio, ha sido otro de los que nunca ha dejado claro de que iba su película y ha actuado tan bajo el radar que me cae directamente mal. Su discusión con Rachel ha sido épica, pero el pobre no ha tenido huevos de discutir con ella hasta que ésta estaba expulsada lo que me dice que ha sido una estrategia estar callado. Ha funcionado más o menos, pero ha sido un coñazo. De hecho es el único que ha descubierto a la brigad pero el pobre tiene tan poca sangre que ha decidido callarse ¿para qué? ¿es que no ve que tiene las horas contadas?
Porque así está la casa 3 de la brigada a cada cual más coñazo contra nuestra bitch y su gay de compañía, es decir, que tienen los números en contra y que o se dedican a ganar como locos juegos o la han cagado y ganará uno de la brigada, pero lo peor, es que siento total indiferencia sobre quién puede ganar o me apetece que lo haga.
Y es que en el fondo, y aunque me reserve un comentario final para esta edición, Big Brother americano es cutre, que todo el destino de un concursante se resuelva en unjuego de 3 minutos de ir a una piscina a por dos cartelitos… madre mía, ni estrategia ni leches, esto es muy aleatorio porque encontrar los letreros entre gusanitos de embalaje es suerte, ni inteligencia, ni memoria, ni resistencia ni nada. Si Brendan hubiese ganado ese HoH en lugar de Hayden la cosa sería tan diferente que me parece un despropósito que todo sea tan aleatorio.
Así que estoy en este punto, de dejadez, me da igual quien gane, me divierte Britney pero no lo suficiente como para seguir enganchado, quedan un par de semanas que veré por inercia más que por verdaderas ganas. Big Brother USA empezó curioso pero por un cast erróneo, un estilo de jugar bajo el radar por el 95% de la casa, un Twist que se torció demasiado pronto y la expulsión de concursantes divertidos (todas las mujeres cayeron una tras otra) al final se ha ido haciendo cada vez más y más cuesta arriba. Y es una pena que el sabor de boca que me está quedando sea tan agridulce, solo lo salvaría Britney ganando, pero es taaaaaan improbable…
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