Para ver Piraña 3D (Piranha 3D, 2010) tienes que saber lo que vas a ver.
Y quererlo ver.
Piraña podría entrar sin ningún problema en ese grupo de películas del proyecto Grindhouse, no lo forma, pero tiene los elementos de remake de películas ochentenas, gores, llenas de clichés, de frases estándares, de tetas y que se basan en la autoparodia para hacer descojonar al personal.
Encima Piraña 3D lo consigue.
Piraña 3D es todo lo que esperaba de una película así, carne friky, mucho animalejo suelto y momentos capaces de ponerte a reír desde el estómago. Es todo tan absolutamente brutal y surrealista que si sabes lo que vas a ver es imposible no pasártelo como un enano.
Desde el mismo prólogo lo vemos: un viejecillo se va a pescar en su botecito y se encuentra con una especie de maremoto que libera a nuestras queridas y adoradas pirañas, y bueno, todos sabemos que no terminará en casa viendo las chicas de oro ¿no?
De ahí pasamos a un pueblo cualquiera de Estados Unidos, con su lago y su fiesta de primavera, todo preparado para recibir un montón de estudiantes con ganas de beber, de drogarse, de bailar y sí, de enseñar y ver tetas.
Y quererlo ver.
Piraña podría entrar sin ningún problema en ese grupo de películas del proyecto Grindhouse, no lo forma, pero tiene los elementos de remake de películas ochentenas, gores, llenas de clichés, de frases estándares, de tetas y que se basan en la autoparodia para hacer descojonar al personal.
Encima Piraña 3D lo consigue.
Piraña 3D es todo lo que esperaba de una película así, carne friky, mucho animalejo suelto y momentos capaces de ponerte a reír desde el estómago. Es todo tan absolutamente brutal y surrealista que si sabes lo que vas a ver es imposible no pasártelo como un enano.
Desde el mismo prólogo lo vemos: un viejecillo se va a pescar en su botecito y se encuentra con una especie de maremoto que libera a nuestras queridas y adoradas pirañas, y bueno, todos sabemos que no terminará en casa viendo las chicas de oro ¿no?
De ahí pasamos a un pueblo cualquiera de Estados Unidos, con su lago y su fiesta de primavera, todo preparado para recibir un montón de estudiantes con ganas de beber, de drogarse, de bailar y sí, de enseñar y ver tetas.
Tetas, tetas, tetas y más tetas.
En cuanto me haga con una copia de la cinta contaré la cantidad de mamas femeninas, de senos siliconados y de ubres en general que se ven la cinta. Tengo que decir que son los primeros pezones tridimensionales que he visto en mi vida, quiero decir en una pantalla de cine. Ha sido algo para lo que no estaba preparado en una película de estudio norteamericano. Me han dejado tan patidifuso que solo he podido girar cabeza y reír.
Sé que es estúpido, pero esto sucede a poco más de 20 minutos y que una película te muestre sus credenciales, tan sumamente rápido es fascinante. Es una forma de decir: no me tomes en serio, esto es un divertimento en el que hemos metido pirañas, adolescentes, tetas y un cóctel explosivo para que te mondes.
Creo que Piraña 3D tiene la mayor cantidad de desnudos gratuitos por segundo de casi toda la historia del cine, cada dos por tres, cada momento es una excusa para mostrar el cuerpo femenino en su esplendor, incluso las secuencias de transición son todo un recital de culos y tetas. Es tan evidente y descacharrante que cada vez que salían unas no podía parar de reír pensando “Dios mío, este cabrón se lo ha pasado pipa y encima ha tenido los huevos de soltarlo en la cinta”. Imaginarme al montador seleccionando tetas por colores, tamaños y pezones que podrían picar hielo… era de traca. Por no hablar del momento bailecito con aletas submarino...
He visto muchas películas de este estilo bicho ataca todo, desde las buenas como el mítico Tiburón (para mi una de las 300 películas indispensables de la historia), los pájaros de Hitchcok o el territorio de la bestia de McLean a las secuelas de tiburón pasando por mandíbulas, marabuntas, murciélagos, anacondad…
Es difícil crear algo totalmente nuevo, y más si encima eres un remake.
Hace unos meses tuve ocasión de ver el original piraña de Joe Dante de 1978. El original me resultó amable pero que se tomaba excesivamente en serio y en grandes rasgos aburrido y monótono.
Por eso al saber que detrás de este proyecto estaba Alexander Aja, el hombre que elevó a la máxima potencia una cinta tan floja como “Las colinas tienen ojos” y que la hizo disfrutable por su descacharrante sentido tanto del gore como del espectáculo, la cosa pintaba bien.
Estaba convencido de que Alexander Aja utilizaría a las pirañas como una excusa para mostrar casquería barata, para divertirse soltando sangre por todos lados (incluso sobre la platea) y para que nadie se la tomara en serio.
Lo difícil es lograrlo porque no deja ser hacer entretenimiento durante 90 minutos y mantener el ritmo es muy complicado, incluso siendo ese tu único y último propósito.
Alexander Aja lo consigue, la película es ágil, dinámica, entretenida y con una tensión muy bien explotada. Y eso que no empieza desde el principio a sacar la vertiente de las pirañas.
La cosa se va sembrando poco a poco, pero de manera interesante no como esas películas que tardan siglos en arrancar (estilo Hostel, la casa de cera…) y me parece un logro conseguirlo porque todos sabemos que vamos a ver una película con pirañas asesinas de las que nos da igual saber de dónde vienen sino que solo queremos saber lo que son capaces de hacer.
Durante la primera parte nos desarrollan los dos fragmentos que veremos: un protagonista algo pringado al que le tiran granizado (como en Glee) y que le gusta una buenorra que está saliendo con el gilipollas integral del pueblo (queremos su muerte desde ¡ya!). Por el camino le proponen ir a rodar una película seudo porno (esto es solo tetas) y se las apaña para evitar hacer de canguro de sus hermanos pequeños y acudir a enseñar localizaciones al director del asunto, el irritante Jerry O´Connel, actor de bodrios como Canguro Jack o Juerga de Solteros (queremos su muerte desde ¡ya!).
Así que ahí están las cosas que necesitamos:
- Mega fiestón en el lago con miles de estudiantes juergueando esperando a ser masacrados a lo bestia.
- Bote para dar las escenas típicas de barco que se hunde y necesitan ser salvados.
Y sii encima les digo que la madre del prota es la sheriff (atención a nuestra adorada Elisabeth Sue de Regreso al futuro)…
Pues que cuando llega la fiesta es mucha fiesta, son tantos los momentos alucinantes de la orgía de sangre que les diré que lo primero que muerden las pirañas es el culo de una buenorra descansando en un flotador.
A partir de ahí: dos pirañas se pelean por comerse una polla (¡verídico!), miles de piernas en los huesos, borbotones de sangres, vísceras volando de aquí para allá, otro engancha en su motora a una chica por el pelo y claro cada vez que da para girar la hélice se va a cercando a ella (salvajada al canto) y mucho más.
Se me ha hecho increíblemente corta y bueno, la forma en que terminan con Jerry o´Connel me ha parecido tan divertida y morbosa…
Además la atmósfera toda luminosa, la música, los pasajes estilo videoclip y el repertorio de escenas de acción están bien ensambladas. Hasta los diálogos son mil veces más inteligentes que las películas pretendidamente cultas que nos suelen poblar la cartelera.
Piraña 3D sabe lo que es y lo abraza con tal fuerza y pasión que es imposible no divertirse con ella. Encima los efectos funcionan, el 3D está donde debería estar (¡hasta nos vomitan encima!) y Alexander Aja no teme cruzar esa línea, homenajea a Tiburón por el camino tarareando su melodía y se sumerge en la serie B de manera absoluta.
Piraña 3D es todo lo que Eli Roth, Robert Rodríguez o David R. Ellis hubieran matado por hacer, es todo lo que en sus películas no funcionan y aquí lo hace llevado ahsta el extremo.
Piraña 3D es gratuita, fresca, descarada, salvajemente brutal y uno de los entretenimientos más divertidos y eficaces que he visto en mucho tiempo. No será la película de la vida de nadie, pero hay que tenerlos bien puestos para conseguir lo que hace este Piraña 3D. Y yo, desde luego, lo aplaudo.
Valoración: 7,5/10
Sé que es estúpido, pero esto sucede a poco más de 20 minutos y que una película te muestre sus credenciales, tan sumamente rápido es fascinante. Es una forma de decir: no me tomes en serio, esto es un divertimento en el que hemos metido pirañas, adolescentes, tetas y un cóctel explosivo para que te mondes.
Creo que Piraña 3D tiene la mayor cantidad de desnudos gratuitos por segundo de casi toda la historia del cine, cada dos por tres, cada momento es una excusa para mostrar el cuerpo femenino en su esplendor, incluso las secuencias de transición son todo un recital de culos y tetas. Es tan evidente y descacharrante que cada vez que salían unas no podía parar de reír pensando “Dios mío, este cabrón se lo ha pasado pipa y encima ha tenido los huevos de soltarlo en la cinta”. Imaginarme al montador seleccionando tetas por colores, tamaños y pezones que podrían picar hielo… era de traca. Por no hablar del momento bailecito con aletas submarino...
He visto muchas películas de este estilo bicho ataca todo, desde las buenas como el mítico Tiburón (para mi una de las 300 películas indispensables de la historia), los pájaros de Hitchcok o el territorio de la bestia de McLean a las secuelas de tiburón pasando por mandíbulas, marabuntas, murciélagos, anacondad…
Es difícil crear algo totalmente nuevo, y más si encima eres un remake.
Hace unos meses tuve ocasión de ver el original piraña de Joe Dante de 1978. El original me resultó amable pero que se tomaba excesivamente en serio y en grandes rasgos aburrido y monótono.
Por eso al saber que detrás de este proyecto estaba Alexander Aja, el hombre que elevó a la máxima potencia una cinta tan floja como “Las colinas tienen ojos” y que la hizo disfrutable por su descacharrante sentido tanto del gore como del espectáculo, la cosa pintaba bien.
Estaba convencido de que Alexander Aja utilizaría a las pirañas como una excusa para mostrar casquería barata, para divertirse soltando sangre por todos lados (incluso sobre la platea) y para que nadie se la tomara en serio.
Lo difícil es lograrlo porque no deja ser hacer entretenimiento durante 90 minutos y mantener el ritmo es muy complicado, incluso siendo ese tu único y último propósito.
Alexander Aja lo consigue, la película es ágil, dinámica, entretenida y con una tensión muy bien explotada. Y eso que no empieza desde el principio a sacar la vertiente de las pirañas.
La cosa se va sembrando poco a poco, pero de manera interesante no como esas películas que tardan siglos en arrancar (estilo Hostel, la casa de cera…) y me parece un logro conseguirlo porque todos sabemos que vamos a ver una película con pirañas asesinas de las que nos da igual saber de dónde vienen sino que solo queremos saber lo que son capaces de hacer.
Durante la primera parte nos desarrollan los dos fragmentos que veremos: un protagonista algo pringado al que le tiran granizado (como en Glee) y que le gusta una buenorra que está saliendo con el gilipollas integral del pueblo (queremos su muerte desde ¡ya!). Por el camino le proponen ir a rodar una película seudo porno (esto es solo tetas) y se las apaña para evitar hacer de canguro de sus hermanos pequeños y acudir a enseñar localizaciones al director del asunto, el irritante Jerry O´Connel, actor de bodrios como Canguro Jack o Juerga de Solteros (queremos su muerte desde ¡ya!).
Así que ahí están las cosas que necesitamos:
- Mega fiestón en el lago con miles de estudiantes juergueando esperando a ser masacrados a lo bestia.
- Bote para dar las escenas típicas de barco que se hunde y necesitan ser salvados.
Y sii encima les digo que la madre del prota es la sheriff (atención a nuestra adorada Elisabeth Sue de Regreso al futuro)…
Pues que cuando llega la fiesta es mucha fiesta, son tantos los momentos alucinantes de la orgía de sangre que les diré que lo primero que muerden las pirañas es el culo de una buenorra descansando en un flotador.
A partir de ahí: dos pirañas se pelean por comerse una polla (¡verídico!), miles de piernas en los huesos, borbotones de sangres, vísceras volando de aquí para allá, otro engancha en su motora a una chica por el pelo y claro cada vez que da para girar la hélice se va a cercando a ella (salvajada al canto) y mucho más.
Se me ha hecho increíblemente corta y bueno, la forma en que terminan con Jerry o´Connel me ha parecido tan divertida y morbosa…
Además la atmósfera toda luminosa, la música, los pasajes estilo videoclip y el repertorio de escenas de acción están bien ensambladas. Hasta los diálogos son mil veces más inteligentes que las películas pretendidamente cultas que nos suelen poblar la cartelera.
Piraña 3D sabe lo que es y lo abraza con tal fuerza y pasión que es imposible no divertirse con ella. Encima los efectos funcionan, el 3D está donde debería estar (¡hasta nos vomitan encima!) y Alexander Aja no teme cruzar esa línea, homenajea a Tiburón por el camino tarareando su melodía y se sumerge en la serie B de manera absoluta.
Piraña 3D es todo lo que Eli Roth, Robert Rodríguez o David R. Ellis hubieran matado por hacer, es todo lo que en sus películas no funcionan y aquí lo hace llevado ahsta el extremo.
Piraña 3D es gratuita, fresca, descarada, salvajemente brutal y uno de los entretenimientos más divertidos y eficaces que he visto en mucho tiempo. No será la película de la vida de nadie, pero hay que tenerlos bien puestos para conseguir lo que hace este Piraña 3D. Y yo, desde luego, lo aplaudo.
Valoración: 7,5/10
Me ha convencido ud para verla...xD
ResponderEliminarYo también estoy pensando en ir a verla...
ResponderEliminarSiento lástima por Rodríguez.
P.D.
Ivo, espero que algún día hagas la review de Secuestrados.
Me la apunto para verla en cuanto salga!! perdón por la desactualización... estaba de vacaciones antes de la sminci
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