El argumento del lago de los cisnes gira en torno a la dualidad del bien y el mal, el ying y el yang, los buenos y los malos.
El cisne negro (Black Swan, 2010) ha adaptado por completo el argumento y la esencia del ballet y lo ha dotado de vida, de intensidad, de cine, de magia y de surrealismo, componiendo una cinta arriesgada y a la vez compleja. Terro´rífica y bella. Un sueño que es una pesadilla. Una fascinación absoluta.
En el cisne negro tenemos el argumento general del ballet esto es un príncipe que debe elegir una esposa y se enamora de un bello cisne: Perfecto, cauteloso, etéreo. Una vez que la tiene en su haber, embrujado por un hechizo se confunde y se enamora de un cisne negro, ante esta noticia, la joven y preciosa que encarna el cisne blanco decide suicidarse.
Aquí el cisne es Natalie Portman y voy a tratar de no estropear a nadie las sorpresas de guión que conlleva.
Natalie Portman interpreta a Nina, una joven bailarina que vive absorbida por el mundo del ballet y con la presión del paso de los años y la ausencia de ese papel que la haga triunfar. Vive con su madre, una bailarina que no triunfó y que ejerce un exhaustivo control sobre la joven con dietas, ensayos y angustioso afán de que triunfe.
El director teatral decide rejuvenecer el espectáculo de la función de ballet “El lago de los cisnes” porque ya nadie va al teatro. Necesita caras nuevas, y para ello elabora un concienzudo casting entre aspirantes a bailarinas.
La nueva versión necesita que la protagonista sea el cisne blanco y el cisne negro a la vez. Que sea perfecta, técnicamente impoluta y con una gran candidez. Eso ya lo es Nina.
Pero le exigen que sea la otra parte: salvaje, atrevida, caótica, arrebatadora. Que se salga de la perfección para lograr el papel perfecto. Que busque su otro yo y lo deje salir, que se desabroche los corsés del perfeccionismo. Es ahí donde entra Lily, una compañera de ballet que es el cisne negro perfecto.
Nina se va dejando llevar y se va metiendo en el concepto obsesivo del papel hasta que llega un momento en el que no distingue entre lo real y lo que imagina para dejarse llevar. Se va consumiendo en su propia pesadilla de celos, romance, envidia…
El argumento es complejo porque juega con las constantes referencias al ballet original, al mundo del artisteo y las bambalinas, y al surrealismo onírico en el que se sumerge Nina.
Hacer cine y que no se entienda nada no es muy complicado, hace poco se ha visto Franklyn en las carteleras. Lo que es difícil es que el público pese a no saber muy bien dónde está, qué sucede o quién es qué en la historia se siga sintiendo atraído por lo que sucede en pantalla. Ahí es donde está la miga y las interpretaciones, la atmósfera y la dirección corren un papel crucial.
Desde el mero prólogo de la película, ese sueño de Nina sobre el ballet se ve lo que va a destacar toda la cinta la fuerza de los movimientos y la expresión y expresividad que tienen impresos. En este prólogo se ve además que hay tres matices muy marcados: la estética, la interpretación de Natalie Portman y la manera tan particular de rodar de su director.
Aronofsky se gradúa con nota con esta película. Considero que todas las películas de este genio tienen algo que las hace magníficas desde Pi, Requiem por un sueño, The Wrestler o la infravalorada Fuente de la vida. En todas marca su estilo visual y su manera de colocar la cámara a la vez de acompañar la escena con fuertes elementos sonoros. Cada golpe en The Wrestler te dolía de sobremanera, cada vez que se posan las puntas de los pies sientes un crujido en tus dedos.
Tiene fuerza y sabe cómo taladrar al espectador desde una pantalla, que nadie me diga que no le dolía todo el ver a Jared Leto pincharse una y otra vez sobre su brazo mutilado. Aquí toca el turno para las uñas, creo que junto con los dientes son las cosas que más dentera me pueden dar. Ver a la sufrida Nina cortarse las uñas para evitar herirse es casi un suplicio típico del gore (ojo sin mostrar nada), sino que todo lo que te sugiere te da tal pavor que da igual lo que pase, estás con las manos entre los ojos sin necesidad de enseñar hígados. La escena de la piel es de las que más repelús me ha dado desde aquellas escenas de Bug (película no estrenada en España y de la que todavía tengo picores).
Además abundan los recursos estilísticos más complejos como esas escenas en las que la cámara se planta en el cogote mientras recorre pasillos, calles y lugares, y mucho ojo porque cuando esto no le interesa nos muestra a la protagonista de cara. Hay que estar al detalle de cada elección de sus ángulos.
Así que tenemos un argumento interesante, una manera de desarrollarlo interesante y dirigida con la pericia suficiente para hacerla original, atrevida y que trascienda la pantalla. Pero es que encima hay más:
Está la señorita Portman, que se lanza a un personaje arriesgado, difícil, complicado, con dos vertientes muy marcadas, frágil, terrorífico y a la vez estético y bello. Natalie Portman da miedo, asusta, teme, sufre, padece, acojona, llora de alegría, de miedo, de presión, de amor… Es uno de esos en los que si eres buena te sales de la película pero cada fragilidad, cada defecto que tuviese como actriz se acentuaría por mil y te sacaría de la cinta. Tiene que trasmitir tantas sensaciones en intervalos tan pequeños que pese a ser un bombón podría convertirse en la lapidación de cualquier carrera artística.
En este caso Natalie Portman se hace con una de las interpretaciones más poderosas, enérgicas y atrevidas que he visto en mucho tiempo. No me imagino a otra actriz dando con la clave de cada momento como lo ha hecho ella. Se oirán y escribirán muchas cosas de ella, sobre todo por su más que merecido Oscar (que lo ganará, ya veréis), pero el tour de force que lleva con su mera mirada es de lo mejor que he visto en la historia del cine.
Solo por ella merecería pagar la entrada de cine, pero es que hay más…
A todo lo ya dicho la película tiene atmósfera, una estética tan asfixiante que estaría enmarcada dentro del propio género de terror. De hecho el director juega con esa estética de manera tan marcada como la visita de Nina a Beth en el hospital que parece sacada de un cuento gótico acojonante.
Es de remarcar también la cantidad de detalles que posee la puesta en escena. Miles de espejos por todos lados, muchas veces lo que vemos son reflejos de los personajes en estos (esa dualidad constante), la caja de música (con espejo incluido), el tatuaje de las alas negras, y podría seguir. Es tan interesante seguir los elementos que conforman cada plano, como éste en sí.
¿Queréis más?
Pues lo hay, una banda sonora con versiones de ballet y que te lleva por las sensaciones necesarias, una utilización ejemplar del sonido, el volumen y los efectos, una fotografía cargada de sombras y blancos y negros (ojo a la casa del director de la compañía), unos secundarios que engrandecen cada momento, si hasta Winona Ryder parece que actúa bien…
Un placer en cada minuto de su duración en la que no falta ni sobra nada.
Puede generar mucha disparidad de opiniones, puede no gustar, pero es innegable que Black Swan tiene ese algo característico de lo que de verdad es cine, tiene vida, tiene guión, tiene atmósfera, tiene personajes, originalidad, estructura, narrativa audiovisual y lleva dentro un millón de sensaciones. Sientes cada momento y te envuelve en su mundo mágico hasta esos preciosos créditos finales.
Black Swan tiene una gran intensidad y te deja meditando sobre el bien y el mal dentro de cada persona, y cómo para alcanzar la perfección también tienes que ser imperfecto y malo. Un cisne blanco que encierre un cisne negro.
Black Swan no es cine para todos, seguro que muchos terminan defraudados por vete a saber qué, pero es cine en estado pura con una media hora final tan explosiva y tal cantidad de elementos cinematográficos como para que uno tenga ganas de volver a sentirse shockeado de nuevo.
Black Swan es un prodigio.
Valoración: 9,5/10
Gracias por la crítica! Ahora tengo más ganas aún de verla. A esperar hasta el 18 de Febrero! :D
ResponderEliminarTu dónde la viste?
Yo la he visto en un pase previo. Pero merece la pena, puede luego no gustar, pero como película es de las más grandes.
ResponderEliminarExcelente pelicula...quede encantada! Me quito el sombrero....es una pelicula q vale la pena al 1000 x 1000...me parece camaleonicamente perfecta, al verla la mente viaja y tiene un impacto psicologico magnifico...paranoia, suspenso, miedo, alegria, envidia, seduccion, pasion, tristeza, entrega, esperanza, desesperanza, orgullo, y un sin fin de sentimientos encontrados transmite este filme, sentimientos q definitivamente hace mucho tiempo hacian falta, en una pelicula para catalogarla como una obra de arte, como una joya...
ResponderEliminargracias por el comentario :)
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