Crítica de Tv - El Barco - 6,5

Del barco de Chanquete no nos moverán...

Diréis que me lo he buscado. Que me pasa por atreverme con la televisión que se hace en España. Pero es que, tras el bluff de the event y ya haber visto The Walking Dead ando escaso de series serializadas (valga la redundancia). Sí, sigo Community, Modern Family, Raising Hope, Survivor, Gossip Girl, The Amazing Race… Pero, echo tanto de menos a Lost que necesito una serie de suspense con la que engancharme.

Así que ayer como millones de españoles (casi 5) me lancé a ver el barco. Por curiosidad más que nada.

Vaya por delante que “el barco” es una serie bastante mala, con un argumento cargado de tonterías, con un refrito de ideas que no llegan a ningún puerto y con varias interpretaciones bastante penosas, pero, por alguna razón es lo suficientemente entretenida y divertida (aunque creo que no lo pretendían) como para hacerme aguantar frente a la pantalla y hacerla disfrutable. Y hasta casi recomendable.

Y no nos vamos a engañar, el invento del twitter ayuda considerablemente a ese gozo personal que tuve anoche:
Cientos de personas a la vez comentando cada parida y descojonándonos con los ojos puestos en las dos pantallas: la de la tele y la del ordenador.
Increíble.
Luego dicen que Internet aísla a las personas. A mi me acercó a mucha gente anónima que, como yo, estaba divirtiéndose con un producto de entretenimiento y haciendo gran cantidad de comentarios sarcásticos sobre lo que acontecía.

Respecto a la serie, trata de un barco en el que se reúnen unos estudiantes gracias a una beca y estudian… bueno no sé lo que estudian porque además solo hay una profesora, pero algo estudiarán. Hay que hacer mención al modelito de la profesora que parece salida de los Oscars para pasear por el barco… Decía una twittera “Yo no puedo llegar al portal sin haberme despeinado y esta zorra está impoluta en medio de la tormenta”
Pues eso.

Los estudiantes son todo un abanico de estereotipos que van desde joven respondona embarazada a un cura hetero (¡cómo si eso existiera!) pasando por cojo adicto al maquillaje (cada vez que se mueve es digno de ver la interpretación, por lo lamentable digo) o guapo rebelde de buen corazón.

Junto a ellos está la hija del capitán (que encima es nuestra protagonista) y su hermana pequeña que pasa a convertirse en el personaje más odioso de la pequeña pantalla a sus cuarenta segundos de interpretación. Su naturalidad puede competir directamente con la de Pilar Rubio presentando OT. Es la Paula del barco, ya me entendéis.



Pero hay más personajes y todos ocultan “algo”.

Tenemos a la profesora de la que he hablado y que lleva unas cajas clasificadas (no se qué científico, no presté atención) y un tanga rojo de peluche (a este sí que estuve atento).

Tenemos a un asesino de esos que llevan cadáveres en el maletero y lo abren como si tal cosa para enseñárselo a la cámara (mientras el muerto saca el brazo para que se vea bien visto) y que se mete en el barco huyendo (aunque sabe todos los secretos de los protagonistas). Quiero hacer mención a que todos los asesinos de las series españolas que llevan un cadáver lo envuelven en un plástico transparente que no tengo claro de dónde lo sacan. ¿Hay en Carrefour un plástico especial envuelve asesinos y yo no lo he visto? Siempre me ha surgido la duda…

Y por supuesto tenemos a Mario Casas haciendo de Mario Casas.
En este caso se mete en el barco porque ha muerto su madre y va a conocer a su padre, que es el ayudante del capitán. Sigue con su cara de soy un malote de buen corazón y su manera de ¿interpretar? de gusto tan dudoso.

Avemus Jacinta también en una cocina tan pintoresca que dudo que esté dentro del barco sino en el estudio de al lado y que tiene a su cargo a un retrasado-gracioso.

El argumento gira en torno a la carga científica que tienen que hacer vete a saber qué pero sale mal y todo el mundo se ha ido a la caca, menos los del barco (viva España nos hemos cargado el mundo pero sobrevivimos) y a su vez todos tienen misterios y se relacionan entre ellos y esas cosas.
Total, el argumento es lo de menos, lo bueno es ver lo mal desarrollado que está y que provoca tal cantidad de carcajadas que es imposible no adorar el barco.

Os pongo unos ejemplos:
Como el director quería unos planos de la niña al estilo de “El resplandor” pues la niña va en bici por el barco.
Que diréis: “no puede ser tan ancho, no cabe”.
Pues la campeona va con ruedines y todo.
Ole los huevos del guionista.

Impagable el momento en el que a punto de morir por la tormenta le dicen al cura “rece por nosotros” y el salta “contemos unos chistes”, creí que iba a salir Leo Harlem por ahí de un momento a otro…

Luego hay muchas más cosas, desde diálogos chirriantes a momentos urna con cenizas (dos madres muertas casi a la vez, debieron hacer oferta con ellas, un 2x1), los momentos flash de Mario Casas, momentos pistola o giros de guión tan absurdos como que los jovenzuelos se cogen la barca y se van unas cuantas millas a ver si pillan cobertura porque la novia de uno le ha mandado un sms para cortar (jo tía que fuerte) y ahí que se lanzan a la aventura como el capitán pescanova.
Menos mal que está Mario Casas para rescatarlos de la tormenta, sino podrían haberse quedado ahí naufragando. Pero Mario Casas miró fijamente a la tormenta y esta se derritió ante sus encantos…

Pero lo que es la seña de identidad de el barco es el plagio tan descarado que hace de El Internado y de Perdidos.

El desarrollo es idéntico a el Internado, de hecho estoy convencido que la han tomado como ejemplo a la hora de confeccionarla.
Yo seguí tres temporadas y media de aquella hasta que comprendí que aquello era un tirar hacia adelante sin ton ni son (en el barco también lo hay crean una tormenta gigante para luego no saber como finalizarla y utilizar el recurso del fundido a negro). Pero hay que reconocer un mérito al Internado: a pesar de sus múltiples y variados defectos, la serie tenía un gran componente de adictividad y entretenimiento. El barco también y eso es lo que la salva de la quema, que puedes verla y se te pasa el tiempo volando, sumado a que Antena 3 la protegió a base de bien con un solo bloque de publicidad de 1 minuto y a las once y media estaba finiquitada.

Luego tenemos los momentos perdidos. Está en todo desde el tratamiento audiovisual (atención a ese plano final IDÉNTICO al que han hecho varias veces en la serie americana), a ese momento cucharas que ya vivimos en la escotilla (solo que allí era real, aquí a nadie se le han imantado los relojes, ni pendientes, collares, pulseras o empastes. Solo las cucharas).
Entiendo que Lost ha cambiado mucho la forma de hacer televisión y hay que beber de ella, pero al menos que no parezca tan descarado.

En resumen, el barco no es nada nuevo. El barco no es buena. Pero cumple como entretenimiento y diversión que es más de lo que se puede pedir. Tiene un acabado estético aceptable (excepto esa tormenta de After Effects 1.0) y tal cantidad de mamarrachadas por minuto que es imposible no cogerle cariño.
El Barco nunca será mi serie favorita, y es una serie de antena 3 con sus desnudos masculinos gratuitos obligatorios, pero de momento tiene el beneficio de mi duda para verla el próximo lunes.
Y tal y como están las cosas es un gran punto.

¡Y qué coño! Anoche me lo pasé pipa.

Valoración: 6,5