
Diréis que me lo he buscado. Que me pasa por atreverme con la televisión que se hace en España. Pero es que, tras el bluff de the event y ya haber visto The Walking Dead ando escaso de series serializadas (valga la redundancia). Sí, sigo Community, Modern Family, Raising Hope, Survivor, Gossip Girl, The Amazing Race… Pero, echo tanto de menos a Lost que necesito una serie de suspense con la que engancharme.
Así que ayer como millones de españoles (casi 5) me lancé a ver el barco. Por curiosidad más que nada.
Vaya por delante que “el barco” es una serie bastante mala, con un argumento cargado de tonterías, con un refrito de ideas que no llegan a ningún puerto y con varias interpretaciones bastante penosas, pero, por alguna razón es lo suficientemente entretenida y divertida (aunque creo que no lo pretendían) como para hacerme aguantar frente a la pantalla y hacerla disfrutable. Y hasta casi recomendable.
Y no nos vamos a engañar, el invento del twitter ayuda considerablemente a ese gozo personal que tuve anoche:
Cientos de personas a la vez comentando cada parida y descojonándonos con los ojos puestos en las dos pantallas: la de la tele y la del ordenador.
Increíble.
Luego dicen que Internet aísla a las personas. A mi me acercó a mucha gente anónima que, como yo, estaba divirtiéndose con un producto de entretenimiento y haciendo gran cantidad de comentarios sarcásticos sobre lo que acontecía.
Respecto a la serie, trata de un barco en el que se reúnen unos estudiantes gracias a una beca y estudian… bueno no sé lo que estudian porque además solo hay una profesora, pero algo estudiarán. Hay que hacer mención al modelito de la profesora que parece salida de los Oscars para pasear por el barco… Decía una twittera “Yo no puedo llegar al portal sin haberme despeinado y esta zorra está impoluta en medio de la tormenta”
Pues eso.
Los estudiantes son todo un abanico de estereotipos que van desde joven respondona embarazada a un cura hetero (¡cómo si eso existiera!) pasando por cojo adicto al maquillaje (cada vez que se mueve es digno de ver la interpretación, por lo lamentable digo) o guapo rebelde de buen corazón.
Junto a ellos está la hija del capitán (que encima es nuestra protagonista) y su hermana pequeña que pasa a convertirse en el personaje más odioso de la pequeña pantalla a sus cuarenta segundos de interpretación. Su naturalidad puede competir directamente con la de Pilar Rubio presentando OT. Es la Paula del barco, ya me entendéis.
Así que ayer como millones de españoles (casi 5) me lancé a ver el barco. Por curiosidad más que nada.
Vaya por delante que “el barco” es una serie bastante mala, con un argumento cargado de tonterías, con un refrito de ideas que no llegan a ningún puerto y con varias interpretaciones bastante penosas, pero, por alguna razón es lo suficientemente entretenida y divertida (aunque creo que no lo pretendían) como para hacerme aguantar frente a la pantalla y hacerla disfrutable. Y hasta casi recomendable.
Y no nos vamos a engañar, el invento del twitter ayuda considerablemente a ese gozo personal que tuve anoche:
Cientos de personas a la vez comentando cada parida y descojonándonos con los ojos puestos en las dos pantallas: la de la tele y la del ordenador.
Increíble.
Luego dicen que Internet aísla a las personas. A mi me acercó a mucha gente anónima que, como yo, estaba divirtiéndose con un producto de entretenimiento y haciendo gran cantidad de comentarios sarcásticos sobre lo que acontecía.
Respecto a la serie, trata de un barco en el que se reúnen unos estudiantes gracias a una beca y estudian… bueno no sé lo que estudian porque además solo hay una profesora, pero algo estudiarán. Hay que hacer mención al modelito de la profesora que parece salida de los Oscars para pasear por el barco… Decía una twittera “Yo no puedo llegar al portal sin haberme despeinado y esta zorra está impoluta en medio de la tormenta”
Pues eso.
Los estudiantes son todo un abanico de estereotipos que van desde joven respondona embarazada a un cura hetero (¡cómo si eso existiera!) pasando por cojo adicto al maquillaje (cada vez que se mueve es digno de ver la interpretación, por lo lamentable digo) o guapo rebelde de buen corazón.
Junto a ellos está la hija del capitán (que encima es nuestra protagonista) y su hermana pequeña que pasa a convertirse en el personaje más odioso de la pequeña pantalla a sus cuarenta segundos de interpretación. Su naturalidad puede competir directamente con la de Pilar Rubio presentando OT. Es la Paula del barco, ya me entendéis.