miércoles, 4 de enero de 2023

Netflix tiene un gran problema, y la cancelación de1899 evidencia su grave crisis

1899 nunca verá sus misterios resueltos y se quedarán naufragando en alta mar

 



Para todos los que seguimos el universo seriéfilo es más que evidente uno de los grandes problemas que tiene el gigante del streaming Netflix, y ahora con la cancelación de una de las que prometía ser su serie estrella "1899" se ha hecho más que evidente


1899 llegaba a la plantilla tras el éxito que supuso en su plataforma la serie alemana de Sci-fi Dark, un pequeño éxito sleeper que fue captando seguidores que encumbraban teorías sobre todo lo que sucedía en una extraña cueva. 


La plataforma rápidamente comisionó otra serie a sus creadores para conseguir un éxito similar aunque no escatimaron en gastos con una cuidada producción, un plantel de actores internacionales y una comisión para una trama que se iba a desarrollar a lo largo de tres temporadas. 


1899 tenía sobre el papel todo para convertirse en el futuro gran éxito de la compañía pero…


CIERTO AIRE DE FRACASO Y ACUSACIONES DE PLAGIO


Pero la cosa se torció rápido, las críticas profesionales no terminaron de respaldar la propuesta de manera entusiasta acusándola de “lenta”  y sin terminar de cuajar en todas las diferentes tramas individuales y multitud lingüística


Nosotros en nuestro podcast comentamos muchas de estas imperfecciones. Puedes escuchar el podcast de series con Rocio Muñoz aquí


Peor aún fue la recepción del público, que si bien supo a la producción a los famosos TOP10 de la plataforma no consiguió capturar la conversación en redes sociales y desapareció con la misma velocidad que llegó.


Si estos problemas fueran pocos la producción fue acusada de plagio por un autor de comics brasileño ya que su parecido con una de sus obras, Black Silence, es más que reseñable. 


Así pues su gran apuesta tuvo una recepción crítica tibia, una polémica de plagio y una recepción de público no entusiasta con lo que Netflix ha decidido no continuar con la serie y dejarla en una sola temporada, por lo que los espectadores que se embarcaron en este barco de misterio no sabrán nunca cómo se resuelven los misterios de la serie. A menos que compren el cómic brasileño Black Silence, claro está.


Pero sobre todo, una cancelación así en una serie en la que en principio se había apostado evidencia la crisis de Netflix y sus famosas cancelaciones.


NETFLIX ESTÁ EN CRISIS 


La gente ha dejado de confiar en Netflix y su política de cancelación y falta de apoyo a varios de sus proyectos. Lo acabamos de ver con El Club de la media Noche, The Bastard Son & the Devil himself, Fate: The Win Saga o La monja guerrera. Netflix no tiembla a la hora de dejar sus series en el aire y cancelarlas, series en las que al igual que en 1899 habían apostado un fuerte presupuesto.


Esta falta de compromiso por parte de la plataforma con sus series hace que el espectador no termine de fiarse a la hora de arrancar una serie y prefiera esperar a ver qué sucede con ella antes de invertir un número de horas en un producto que probablemente no vaya a llegar a buen puerto.


Esta practica de cancelaciones no es nueva, en la televisión tradicional hemos tenido muchos ejemplos, especialmente en la era post-perdidos en las que muchas series veían su futuro truncado y sin resolver, pero cuando era una televisión lineal era más comprensible ese destino, ahora Netflix pide que el consumidor busque el producto y que se arriesgue al visionado. 


Esta situación está provocando una pescadilla que se muerde la cola: El espectador no se atreve a ver una serie hasta que no sea renovada y Netflix no renueva una serie si no consigue un número mínimo de visionados, lo cual no va a conseguir si no logra que el público confíe en sus productos.


¿Cuál es la solución?


Pues lo primero que necesite es una serie estelar nueva llamativa y garantizar que va a tener cierto recorrido, una programación temporal coherente (como si hace con Bridgerton o Stranger Things) y sobre todo dejar de estrenar series cada día de calidad dudosa para cancelarlas al mes del estreno, esa estrategia de contenedor de contenido constante es buena de manera inmediata pero le está empezando a pasar factura a gran velocidad.


De momento los que más perdemos desde luego somos los espectadores.


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