martes, 18 de enero de 2011

LA VENTANA INDISCRETA (1954) - *****


Nada ha causado más problemas a la raza humana que la inteligencia




Por una razón o por otra he debatido estos días con otras personas (y aprendido mucho de ello) sobre la función social del cine.

En los años 20 y 30 ejercía como posibilidad de válvula de escape de la realidad: como un entretenimiento que ejercía una función catártica de la realidad.

Por otro lado he discutido sobre la concepción del cine como arte (el séptimo concretamente) concibiendo el arte como una pieza de un artesano y que es capaz de inferir sensaciones a un sujeto pasivo que contempla la obra.

Con estos dos términos me he ido en mi cabeza dejándolos agitar, porque obviamente hay películas muy entretenidas que no pueden ser consideradas artísticas (es decir, que son carentes de estética, mano de artesano…) y hay verdaderas obras artísticas que carecen por completo del sentido del entretenimiento.

¿Cuál es la verdadera definición?
Creo que necesariamente el verdadero cine, el auténtico, el que pasa a la historia, el que debe ocupar un sitio y crear polvo es el que conjuga ambas funciones: por un lado ofrecer la capacidad mimética de entretener y por otro el de tener un peso artístico por sí mismo. Es decir, que tenga un valor tanto por lo que es como por lo que es capaz de producir y transmitir.

He estado pensando qué película podría utilizar de ejemplo para ilustrar mi teoría y no se me ha ocurrido un ejemplo mejor que “La ventana indiscreta” (Rear Window, 1954) una película que está diseñada y concebida para el entretenimiento más absoluto pero que además tiene unos elementos tan característicos y de genio absoluto que la hacen merecedora de ser catalogada como producto artístico.

La ventana indiscreta trata sobre un fotógrafo que se ve postrado a un reposo casi absoluto por su pierna escayolada y tiene que vivir la convalecencia en su apartamento.
Primer rasgo significativo: el crear un ambiente característico para la cinta, el dónde que será fundamental para todo tipo de análisis. La película no sale del apartamento del protagonista y lo que veamos de fuera siempre será desde este entorno y esta perspectiva. Nosotros también estamos postrados en su punto de vista y en su falta de libertad. Cuando se pasa el día y la noche espiando a sus vecinos compartimos su obsesión y su paranoia.

Él espía a sus vecinos y nosotros espiamos a alguien espiando a sus vecinos como un metalenguaje de la palabra Voyeur, porque al fin y al cabo cuando vamos al cine hacemos eso: contemplar la vida de gente que no sabe que se les está mirando.
Es cierto que son vidas ficcionadas, pero nos inmiscuimos en su vida y ellos actúan como si no les mirásemos. Da igual que sean personajes, nosotros presuponemos que son reales y por ello los actores no miran nunca a cámara. Sería grotesco que nos pillaran mirando (esto está perfectamente utilizado en Funny Games de Michael Hanneke).


Volviendo a “la ventana indiscreta” el protagonista solo tendrá dos compañeras a través de su convalecencia: su asistenta y su novia. Ante tanto tedio nuestro hombre de acción necesita reaccionar y lo hace observando el patio vecinal y conociendo a sus vecinos a través de la mira telescópica de su cámara fotográfica. Y va contemplando escenas cotidianas de la vida de sus vecinos: de la señorita “corazón solitario” que prepara cena para caballeros imaginarios, la señorita que organiza fiestas para varios hombres a la vez, una pareja que baja a su perro al jardín en una cesta, y una mujer infeliz que pasa los días en la cama. Un día la mujer no está y varias pistas llevan al protagonista a pensar que ha sido asesinada por su marido.

El cómo se da cuenta de ello ilustra el engranaje de la película: El protagonista mira de un lado a otro unas imágenes como si lo hiciese una cámara cinematográfica y va componiendo su escena. Nosotros vemos lo que él ve y nos va induciendo en sus mismas conclusiones mediante un exhaustivo montaje y uso del poder de la imagen.

Si pones a una persona con cara neutra y luego la imagen de un plato de comida te inducirán a la idea de que tiene hambre. Es una estupidez esto que digo, pero es la forma más simple para entender que el montaje otorga un significado al significante de las imágenes. Es el montaje el puede construir una historia a través únicamente de imágenes (sin necesidad de obviedades, ni explicaciones redundantes).
Aquí todas esas imágenes y el uso que se hace de ellas dan como sospecha un asesinato.

Por supuesto se podría sacar de esta película varios de los rasgos característicos del cine del genio inglés que es Sir Alfred Hitchcok: tenemos voyeurismo, tenemos hombre inocente acusado ¿por error?, tenemos rubia… En este caso la rubia es Grace Kelly que ama hasta la desesperación a Jeff quien la mantiene a cierta distancia porque su vida es de acción y ella (modelo) quiere algo más estático. Curiosamente la acción sitúa a las dos personalidades en el córner opuesto y las fuerza a tenerse que intercambiar los roles. Así el fotógrafo intrépido es un hombre parado y la modelo estática tendrá que pasar a la acción.

Kelly se muestra extremadamente fría y elegante, preocupada por entradas en escena, pero muy capaz de mostrar en sus escenas el sufrimiento de mimar a un hombre que la elude para evitar la relación y el compromiso. En el caso de su asistenta, Stella, representa el contrapunto de cordura y de moral de la historia “lo que la gente debería hacer es salir de su casa y buscar un cambio” y trata de convencer al protagonista de que viva su vida en lugar de mirar las del resto.

El protagonista es James Stewart, en una más que interesante elección ya que venía ejerciendo el rol de yerno perfecto y aquí da un giro de tuerca hacia algo más opaco. El personaje no es bueno ni malo, no es un policía o un vicioso sino alguien a quien le gusta mirar, como nosotros, por eso poner a alguien como él a cargo de la escena es anotarse un gol antes de salir a jugar el partido porque la gente querrá identificarse con él y será más fácil conducir a la platea en ese juego en el que se inmiscuye el protagonista evitando que se juzgue continuamente su acción.

Pero si hay algo que eleva la película y consigue que conjugue ese concepto de arte y entretenimiento es que todo está al servicio de la historia y del suspense.

Y hoy concretamente me han instruido en encontrar la diferencia entre sorpresa y suspense. La sorpresa es cuando sucede algo que acontece, por ejemplo una bomba debajo de una mesa explotará en 20 minutos.
Sabemos que detona la bomba. Ahí hay únicamente sorpresa por las consecuencias de la explosión.

El suspense es otra cosa, es mantenerte en vilo con los nervios a flor de piel por algo, retomando el ejemplo imagínense que no sabemos cuando va a explotar la bomba, el suspense se dispara porque cada vez que alguien se acerque a la mesa pensaremos que puede explotar y nos mantendrá expectantes a lo que suceda.

Los thrillers modernos conjugan todo el rato con la sorpresa, y no la exprimen para llevarla hacia el suspense.
La ventana indiscreta las lleva hasta la extenuación, crea situaciones peligrosas y permite que Lisa y Stella las lleven a cabo mientras contemplamos la escena junto al protagonista. Observamos. Vemos que el peligro se aproxima pero no podemos hacer nada. Jeff tampoco.

Por lo tanto el entretenimiento es un juego de quedarte pegado a la pantalla para saber qué ocurrirá, cómo y sobre todo cuándo. Una tensión absoluta que cuando termina te encuentras tal caramelo de satisfacción que te apetece encenderte el cigarrito de después…

En resumen tenemos una película cargada de ritmo y entretenimiento, con atmósfera, personajes y con unos detalles magistrales y un director con gusto por lo retorcido pero genial en muchas ideas (esos flashes para defenderse).
Un auténtico goce para ver y que pese a ser concebida “únicamente” como entretenimiento ha logrado convertirse por derecho propio en una de las mejores películas de la historia.


Película dentro de la selección de Cineclub las mejores películas de la historia

2 comentarios:

  1. Que gran película! La vi hace 2 años y ya no me acuerdo de casi nada. Tengo que comprar un pack de Alfred Hitchcock!

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  2. Yo vi esta peli de nuevo en unas jornadas de cine que iban del cine voyeur, e hicimos un foro muy interesante... Buen post.

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