Solo hay un adjetivo que le pega bien a la película Paul (Paul, 2011) y es que es un filme muy friki. Antes de empezar con la película en sí te pido un pequeño ejercicio y es que olvides completamente el insípido e infantiloide tráiler (casi me da algo cuando lo vi antes de Scream 4) y es que si estamos acostumbrados a tráilers que te destripan toda la película o te muestran lo mejor de la misma, en este caso, tiene narices que la vendan como un producto infantil con una suerte de Jar Jar Binks al estilo Shin Chan. Paul no va de eso, así que olvídalo.
Y es que Paul es un Alien muy hecho a la tierra, un deslenguado y dejado pero que no ocupa la función al cien por cien, es más la película no acaba de despegar porque este personaje debería haber pasado más tiempo en talleres, y no lo digo por el acabado de los efectos especiales que cumple con nota, sino porque nunca termina de ser increíblemente divertido o sarcástico o simplemente original.
Y es que en Paul el argumento y la pareja protagonista funcionan bien. Tenemos a dos amigos ingleses que son fanáticos de todo lo que envuelve el mundo de los extraterrestres y se embarcan en un viaje a la Comic Con de San Diego y alquilan una caravana para visitar las rutas donde han sido avistados los extraterrestres, incluida una zona donde aterrizó hace años un platillo volante y el gobierno lo cubrió. Pero debía estar Pilar Rubio en ese gobierno porque la zona ahora es famosa por eso, así que bien, lo que se dice bien no lo consiguieron cubrir.
Las escenas de la Comic Con no tienen precio, con los protagonistas gritando como locos cada vez que ven a alguien y esa intervención especial de Jeffrey Tambor (el padre de la tropa de Arrested Development) como un escritor harto y hastiado de sus fans.
De San Diego la aventura se mueve a la famosa zona 51 de Nevada donde ya conocemos que nuestro dúo protagonista es alguien inocente, puro e infantil. Vamos, lo que sería un extraterrestre en sí en Estados Unidos. Y ahí es donde se encuentran con Paul, una criatura que luce exactamente igual a como la imaginaban, así que le montan en la caravana y siguen su aventura juntos.
Y entonces empieza la road movie que es esta cinta. Por el camino conocerán a Ruth una joven con parche en el ojo que se unirá a la aventura por sus propias razones (de peso diría yo) y que su creencias chocarán con las de Paul por aquello del creacionismo y de Dios… Y serán perseguidos cuerpo a cuerpo por la policía y por un agente (es decir por dos diferentes) en una huida a contrarreloj para que Paul pueda volver a su casa.
Es decir tenemos un cruce de ciencia ficción, comedia, road movie y aventuras. El problema es que el cóctel no termina de ser bien agitado…
Y la culpa no es que sea de los actores, Pegg y Frost hacen un dúo brillante repitiendo como pareja cómica tras las dos brillantes películas de Edgar Wright (Zombies Party y Arma Fatal), aquí vuelven a demostrar que dominan a la perfección los gags cómicos tanto verbales como gestuales. El otro protagonista que roba la pantalla es Jason Bateman, del que tengo muy poco que decir ya que siempre está soberbio sea cual sea su cometido y consigue hacer creíble cualquier personaje. La galería de cameos se extiende hasta Jane Lynch o Sigourney Weaver (que ya sabe algo de Aliens) cuyo final en pantalla me hizo soltar una sonora carcajada.
Además la cinta está sembrada por su metraje con referencias al mundo geek del cine extraterrestre, algunas referencias explícitas como la brillante intervención sonora de Spielberg y E.T. y otras más bajo cubierta, pero que no son un pastiche en el argumento sino que lo ayudan siempre a evolucionar.
¿Entonces en qué falla Paul?
En el alien, y es que se parece demasiado a un humano, no hay nada que nos haga asombrarnos ni divertirnos, es tan… no sé común, como un niño pequeño… Todos se sorprenden, le ven como alguien extraordinario pero en el fondo es tan común. He visto en la ficha que la voz y los gestos son de Seth Rogen. Eso es exactamente el alien un personaje cualquiera de Seth Rogen en cualquier otra película, habla igual, se mueve igual y diría que hasta se viste igual. Y claro a Seth Rogen ya le conocemos y no es que sea venido de otro planeta…
Tras la cámara Greg Mottola quie demuestra cierto conservadurismo frente al ataque posmodernista que es Edgar Wright, pero que cumple con eficacia, se le requeriría algo más de pericia en mantener el ritmo en determinados pasajes, pero no es un mal director ni mucho menos.
En resumen, Paul podría haber sido una gran película pero por alguna razón lo que arranca perfectamente se acaba perdiendo por el camino, no termina de ser la película que pretende y pese a tener momentos brillantes carece de la ironía y la inteligencia para hacerte creer que este Paul es de otro planeta.
Lo mejor: La pareja protagonista
Lo peor: Paul
Valoración: 6,5/10
Por culpa del trailer esta peli no me llamaba nada hasta que mi padre me la recomendó. Me reí bastante, muy entretenida. Yo no le hubiera puesto la misma nota que la cutrez de Capitán América.
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