domingo, 29 de noviembre de 2009

GLEE - LOS CHICOS DEL CORO SIGLO XXI - LA SERIE REVELACIÓN


Este año se planteaban muchas y muy variadas novedades en las parrillas americanas, pero de pronto vi un video que me llamó la atención. Se trataba de una interpretación del “single ladies” por parte de un equipo de fútbol americano y empecé a leer comentarios acerca de las grandezas de Glee.

Con esas aspiraciones me planté a descargar esta serie que tenía el gran handicap de acumular polvo en el disco duro de mi ordenador. Pero no. Con las premisas de ser una serie con números musicales me puse a ver Glee, y tiene un ritmo ágil y dinámico que de pronto me enganchó.

Las primeras raciones de este coro me gustaban, me agradaban pero no eran mi pasión. Para mi no era más que un batiburrillo teen entre números musicales pop.
Y sin darme cuenta seguí disfrutando de más raciones como único y mero entretenimiento.

No sé cual fue el capítulo, no sé en qué momento me aprendí los nombres de varios personajes, pero el caso es que sucedió. Con la incursión de las animadoras, el desarrollo de personajes en varios niveles y la complicación y acidez de varias tramas puedo decir una cosa: Glee es la sensación de la temporada (con permiso de Modern Family).

La serie narra las aventuras y desventuras de un grupo de estudiantes en un instituto americano y bebe (al menos en el comienzo) de todos los tópicos del cine (casi de género) adolescente. Tenemos a la chica impopular que viste con la ropa de su abuela, al capitán del equipo de Rugby que “castigado” se lanza a cantar, la animadora mala malísima que se mete con la prota que por supuesto está enamorada del chico guapo…
Es decir, que estamos ante un High School Musical.
O esa es la cáscara.

Cuando pelamos el huevo vemos que en esta serie, a pesar de que las cosas son como parecen, hay una crítica constante de los estandartes americanos y que la acidez y mala baba están latentes bajo la superficie y muchas de sus punzadas argumentales son como si te lanzaran un granizado a la cara.

Glee en 10 episodios ha desarrollado su propio universo, sus propios personajes todos ellos muy definidos y con distintas motivaciones que van más allá de quién se lía con quién.

A todo esto, súmenle grandes aportes visuales, unos planos en los que la cámara se pasea por los pasillos a su antojo en busca de algún protagonista bien sea cargado de algún arma arrojadiza o de únicamente un puñado de palabras. Son leimotivs en los episodios, como también lo son las canciones y los medley de grandes éxitos pop actuales, bien cantados e interpretados por distintas voces que se representan y avanzan la acción y las tramas hacia adelante.
El hecho de que todo nos lleve hasta las competiciones regionales de coros (luego vendrán los anuales, etc) a día de hoy son solo una excusa para ver y disfrutar de hacia donde nos lleva Glee porque cada 40 minutos son una montaña rusa donde todo se dispara. Y ese es el máximo riesgo con el que corre la producción.

En estos capítulos hemos ido y venido tantas veces en las historias que Glee corre el gran peligro de quemarse en poco tiempo. Un poco de reposo a la hora de avanzar no vendría nada mal.

Y así he llegado al capítulo 11. Con cariño hacia Glee, pero después de lo de hoy soy un fanático de la L. Ya son como de mi familia, me paso el capítulo enganchado al 100%, doy palmas y canto las canciones, y hoy se me han saltado las lágrimas con la versión del Imagine de John Lennon. Glee es muy grande, y todo apunta a que saben hacia donde ir.

Sin lugar a dudas una serie más que recomendable.

Nota: 9/10

1 comentario:

  1. Ivo, una vez más gracias por tu visita. Y bueno... unos nos expresamos como buena mente podemos a través de las artes gráficas y otros con las palabras. Afortunadamente no todos valemos para todo ;o)
    Un abrazo!

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