lunes, 29 de agosto de 2011

Cowboys & Aliens (2011) - *1/2


 Mismo perro con distinto collar



Me acuerdo que de pequeño decía cosas como “Si me gusta el plátano y me gusta el kétchup, si le echo kétchup al plátano me gustará”. Algo así han pensado las almas pensantes de Cowboys y Aliens: “Si nos gustan los western y nos gustan las pelis de marcianos el mezclarlos tiene que ser la bomba”, pues el resultado es un poco como el plátano con Ketchup que por independiente puede funcionar, pero juntos…

Cowboys y Aliens son dos películas diferentes metidas con calzador y distintos lenguajes cinematográficos en el que al mezclarse no termina por funcionar ninguno y dando como resultado una película más sobre invasión alienígena con la diferencia en que los que son invadidos llevan sombreros. Así que cuando llega el final de la cinta dices, ¿para qué lo han puesto un disfraz diferente si no han sido capaces de llevarlo más allá?

La película arranca con el bueno de Craig despertándose en medio de la llanura con un brazalete metálico ultra tecnológico que no se puede quitar y una amnesia de caballo. A partir de ahí se despliega un western con los elementos clásicos del género: pistoleros, pueblos polvorientos, caminos, bares con puertas que se mueven y whiskys para tipos duros. Todo en los planos y planificación recuerda al western, todo excepto Daniel Craig cuya primera incursión Bond defendí hasta la saciedad y ahora empiezo a arrepentirme de haberlo hecho porque cada vez me resulta más limitado como actor. No sé si eran sus andares o su continua manía de querer aparentar ser el más duro de la peli, pero no he visto en él más que un cacho de carne con ojos bonitos… Eso cuando enfocan los ojos porque creo que su culo se lleva el 80% de los primeros planos de la cinta.

El caso es que todo marcha muy correctamente en la cinta, con personajes secundarios que apuntaban tramas y un suspense medido al viejo estilo (¿quién es? ¿De dónde viene? ¿Qué ha pasado?) y hasta llega Harrison Ford a llevarse un cheque, digo a poner cara de nada y retorcer la sonrisa siendo el padre de un niñato que se cree que es el dueño del pueblo porque su padre llevó dinero allí del oro.

He de decir que hasta aquí, a pesar del morbo de ver a Indiana/Han Solo y a Bond juntos en un western eran precisamente lo que menos me atraían de la cinta y es que en papeles secundarios tenemos a Paul Dano que se está convirtiendo en un secundario de lujo y sobre todo a Sam Rockwell que a pesar de una caracterización un tanto exagerada parece ser el único que sabe lo que hay que hacer en una película western.

Y entonces llegaron los marcianos y la película se vuelve absurd, se olvidan completamente de lo que se han molestado en crear durante media hora y las tramas se diluyen para dar pie a una sucesión de gritos de ¡¡CORRE!!

No me malinterpretéis, lo único que consigue salvar del descalabro absoluto a Cowboys y Aliens es que han destilado el humor y la película es seria (todo lo seria que pueda ser una cinta de Cowboys y Aliens), quiero decir que no tratan de meter chistes con calzador o humor al estilo Wild Wild West y eso se agradece porque de haber sido así me hubiera largado de la proyección. En ese sentido la cinta es consecuente y tiene coherencia interna en su guión.

Pero cuando digo que la cinta se hunde es porque la ciencia ficción está tratada con los códigos cinematográficos de la ciencia ficción y no de los del western con lo que se forma un pastiche entre escenas que hace que no te creas nada de lo que sucede, esos planos movidos y semi alucinógenos, esa fotografía saturada en verde en los recuerdos y tantísima oscuridad en los interiores y sobre todas esas referencias visuales tan descaradas a Alien, Predator (esa cámara subjetiva), La Guerra de los mundos y hasta La Guerra de las Galaxias.

Con lo cual hay un cruce de géneros ya no solo a nivel argumental sino estilístico y de narrativa audiovisual que hace que la película carezca de sello y se convierta en una mera comparsa sin alma ni espíritu. En cartelera tenemos a Abrams que ha mezclado géneros y los ha hecho con coherencia y estilo no hablando cosas diferentes en cada momento.

Por el camino tienen que hacerse amigos de los indios (a los que estaban liquidando) y hacer las paces para vencer a un enemigo común. Esto en otras manos podría haber servido para trabajar una metáfora cultural, un mensaje secundario con el que alimentar la intriga y hacer que el interés crezca. Pero no hay nada de eso, es solo… bueno que pasaban por allí y dijeron a los piel rojas ¿os venís a matar unos aliens?

Para rematar la faena los diálogos son absolutamente intrascendentes del estilo:
-Jack, ella se ha ido
-No, no, no, no, NO SE HA IDO
-Jack, se ha ido

Tampoco acompaña ese maquillaje waterproof de la protagonista para tomar medianamente en serio lo que sucede, y no lo digo porque sea ciencia ficción, sino porque hasta ese cine tiene que resultar creíble dentro de su fantasía para que sientas lo mismo que los personajes y te enganches a la película.

Y es que, en resumen, Cowboys y Aliens me ha terminado aburriendo, resultando predecible y la originalidad de la propuesta se acaba ahogando llegando a su conclusión y dándote cuenta que todo daba igual, que solo es un cambio de escenario para contar lo de siempre y en este caso mucho peor. Una lástima de desaprovechar un material diferente que naufraga en su puesta en escena, en ser dos películas diferentes y ninguna de ellas realmente buena.

Lo mejor: Sam Rockwell
Lo peor: El mejunje de géneros sin alma

Valoración: 3/10

2 comentarios:

  1. Creo que no gastaré mi dinero en ir a verla

    ResponderEliminar
  2. Últimamente se ha vuelto una moda combinar sin ton y son varios géneros que en simple apariencia son como "el agua y el aceite". Combinar géneros es un arma de doble filo, ya que puede convertir a la creatividad en una bazofia. Ojala haya una excelente combinación que nos deleite.

    ResponderEliminar