Pensaba hacer una crítica estructurada y bien hecha de “Blancanieves y la leyenda del cazador” (Snowhite and the huntsman, 2012) pero, como la película se sustenta en hacer creer que Kristen Stewart es más guapa que Charlize Theron no me la puedo tomar en serio. Es imposible.
Para los que no habéis visto la cinta puedo decir que tiene un arranque muy prometedor con una cuidadísima puesta en escena y una Charlize Theron enamorada de su personaje. Por desgracia, tan pronto como ésta desaparece de la pantalla la película también y se convierte en un relleno interminable con épica de mercadillo destinado a adolescentes muy adolescentes con las neuronas medio fundidas dando como resultado una de las películas con menos ritmo que he visto en mi vida. De verdad, hacía años que no me aburría así en una sala de cine.
Así que, en lugar de una crítica seria, os voy a contar un cuento sobre la película… Con SPOILERS, es decir os destripo la peli.
Érase una vez una chica que ve una rosa y se pincha y sangra, y con ella se derrama toda la sangre de la película. Entonces Charlize Theron es salvada por un Rey que se enamora de ella (obvio) y ésta con artes oscuras le embruja y le mata para hacerse con el trono. Entonces encierra a la hija del Rey como venganza por la mierda de saga que realizó sobre vampiros vegetarianos que van al instituto y gobierna el reino comiéndose a chicas jóvenes que devora cual Diana a ratas en la serie Uve.
También tiene un espejo que se metamorfosea en terminator para hablar con ella.
Hasta ahí todo bien.